martes, 30 de abril de 2013

Cultura de la vida


EL ODIO Y LA MENTIRA
DE LOS ABORTISTAS
  
  
Un país inquietante y gris, que se cae a pedazos, un Estado que destruye ya no lo que toca, sino hasta lo que mira, ahora arrancó contra la vida. Digo, contra lo que quedaba de la vida, o sea contra el inicio de la vida.
  
De las otras vidas, la de los niños y los adultos ya se habían ocupado o des-ocupado y agraviado bastante.
  
Quedaba sí, la vida más inocente y desamparada que pueda imaginarse, como es la del embrión en el vientre de la madre.
  
Y contra ella fueron.
  
Ferozmente, según acostumbran.
  
Claro que viniendo de los K sólo se puede esperar lo peor, porque para eso están, y ese es su credo, odio, muerte, mentira.
  
En cambio llaman un poco la atención, apenas un poco más, los medios, los periodistas y sobre todo las mujeres de los medios. Y no es que tuviéramos buenas expectativas acerca de Ruiz Guiñazú, Sarlo, Ripoll, o Plager, o tantas otras que declararon su felicidad por haber abortado, o por su fervor abortista. Pero sobre todo en el primer caso, debemos preguntamos no sólo sobre el porqué de ese odio tremebundo, sino también acerca de la manera de expresarlo. Fondo y forma en el entramado del odio, preocupante declaración de la más grande hostilidad  hacia la vida.
  
Escuchándolas, uno diría que nada parece aplacarlas fuera del aborto. Para ellas no hay otro camino diferente al de matar. Niegan a la mujer embarazada las mínimas formas de apoyo ya sea psíquico, humano, social, tampoco aceptan la posibilidad de la adopción, porque en el fondo desconocen la caridad, “parecería —bien dice Conrad— que la selva se hubiera apoderado de sus corazones”.
  
Por eso cada vez que se hace pública una cuestión vinculada a la defensa de la vida (ya sea al comienzo o al final) salen de sus cuevas las vanguardias del cambio, los que “abren las cabezas” de la sociedad, legisladores, escritores, comunicadores, filósofos y otras yerbas exigiendo que “otros” (generalmente los médicos) maten inmediatamente a la persona en cuestión.
  
No deja de ser extraño que para estos tipos (y tipas), para los paladines de los derechos humanos, matar pueda ser considerado la solución.
  
Algunos dicen que como la ciencia les va achicando el verso y no tienen argumentos científicos válidos en que fundar esa exigencia tremebunda de muerte y de muerte inmediata, solo les quedan la ideología y… los gritos. Por eso gritan cada vez más fuerte, y agravian cada vez más bajo.
  
Pero en estos últimos años, los descubrimientos científicos acerca del comienzo de la vida son de tal precisión y jerarquía  que ignorarlos, o negar esas certezas, no se puede lograr así nomás, ni siquiera con los chillidos de un zoológico entero.
  
Valgan a modo de ejemplo —entre muchos— dos o tres hallazgos de la biología y la genética absolutamente concluyentes.
  
En primer lugar en el cigoto, la primerísima forma de vida unicelular, fruto de la unión de óvulo y espermatozoide, ahí, ya están activos siete genes. Pensemos que esa célula es además la más especializada que pueda existir, en el sentido de que ninguna otra célula poseerá jamás las mismas instrucciones a lo largo de la vida del individuo que acaba de ser creado.
  
Debemos decir que a partir de la formación del cigoto y en el proceso que sigue a partir de ahí, la célula primordial tiene autonomía para auto duplicar el material genético, además lo hace siguiendo pasos coordinados de complejidad creciente y mediante una progresiva diferenciación hacia formas cada vez más complejas y siempre con una orientación definida que ni se puede detener ni puede retroceder hacia etapas anteriores. Es decir que a partir del conocimiento de la dinámica del desarrollo embrional se puede ver que desde el inicio se trata de un organismo autónomo poseedor de todas las herramientas  para alcanzar su pleno desarrollo.
  
Por si esto no alcanzara, el genetista inglés Jeffrey a fines de los noventa hizo un descubrimiento realmente extraordinario, él probó que a partir del estadio de 3 (TRES) células ese individuo es único, rigurosamente diferente de cualquier otro individuo. Él fue quien descubrió la denominada huella digital de ADN contenida en las partes del ADN que no contiene genes y demostró que la posibilidad que se repita esa huella en otro individuo es un número casi inexpresable, y dificultosamente imaginable, tanto así como uno en 5000 billón de billones.
  
El último argumento que mencionaremos, tiene que ver con la inmunidad celular. Específicamente con las llamadas moléculas HLA (Human Leucocyte Antigen). Carossella, un científico argentino radicado en Francia, descubrió que, pocos días después de que se forma el cigoto y antes de que se implante, en el cuerpo materno se origina la molécula HLA-G que permite la implantación del huevo fecundado en el útero, sin que lo destruyan las células defensivas maternas.
  
Es decir que el cuerpo de la madre reconoce en el feto características inmulógicas claramente distintas a las suyas y sus defensas lo destruirían a no ser por la molécula HLA-G que permite la tolerancia feto maternal.
  
Bastarían estas tres referencias científicas para acabar con tanta mentira repetida hasta el hartazgo. Una de sus ficciones preferidas, es  la que dice que la mujer con su cuerpo hace lo que quiere, —la ciencia, recién lo vimos,  demuestra todo lo contrario— que no es su sino otro cuerpo y otra persona, nueva y distinta lo que está en su vientre.
  
Si hasta dentro del fatigoso repertorio de payadas y mentiras, se las ingeniaron para incluir al pensamiento mágico. Parece que, según esta gente, llegado a un determinado número de semanas de gestación, acaso por obra y gracia de algún encantamiento, surge un ser humano. Lo que antes era un montón de células, una nada, ahora, de golpe, es un hombre. A nadie puede escapar lo ridículamente absurdo del planteo, que ignorando las certezas o negando las evidencias biológicas, es lo mismo, intentan ponerle distintas fechas al comienzo de la vida, exclusivamente para  acomodar el momento del aborto a lo que les convenga, ó les venga en gana.  Es evidente que también el odio miente.
  
Pero es que también los datos epidemiológicos dicen otra cosa respecto a proteger la salud de la madre. En Irlanda, por ejemplo, donde el aborto es ilegal casi siempre, la tasa de mortalidad materna es 5 por cada cien mil nacidos vivos, tres veces inferior a la de Reino Unido, 13 por cien mil nacidos vivos, y a la de Estados Unidos, 17 por cada cien mil nacidos vivos, países en los que aborto es ampliamente permitido. Chile, donde el aborto está muy limitado, tiene una de las tasas de mortalidad materna más bajas de América latina, más baja que en Cuba en donde el aborto no tiene restricciones.
  
Naturalmente esta breve información científica no pretende abarcar en su totalidad un tema de esta magnitud y gravedad. Si dar algunos elementos para tratar de desenmascarar tanta falsedad agresivamente repetida sin otro propósito que justificar un crimen.
  
El registro Eurocat informa que en Francia el 96% de los fetos Down es abortado. Al respecto hace pocos años un diputado parisino declaraba. “La verdadera pregunta que me hago es por qué queda ese 4 por ciento”. Está claro que el hombre sin Dios, parece estar recorriendo todas las profundidades del horror y todo indica que se siente cómodo y hasta satisfecho en ese territorio. Esa progresiva acentuación del espanto que se acercaba, la percibía Salvatore Quasimodo:
  
“Eres aún aquel de la piedra y de la honda, hombre de mi tiempo.  Yo te he visto, dentro del carro de fuego.  Te he visto, con tu ciencia exacta dispuesta al exterminio.  Eras tú, sin amor, sin Cristo”.
  
Miguel De Lorenzo
  

lunes, 29 de abril de 2013

Opinión


Violencia de Género:
Decir una verdad
para defender una mentira


            Un folleto arrojado en la vía pública –y que llegara a nuestras manos al advertir su tema: Violencia de género– ha disparado este artículo. Porque, efectivamente, creemos que la retórica de la agresividad sufrida por las mujeres –de la forma que sea– es sólo una pantalla que enmascara intenciones y objetivos mucho más oscuros.
Con ésto no se quiere negar la existencia de esta agresividad sino objetar la legitimidad de ese discurso. Y si pretendemos objetarla es porque bajo esos términos puede entenderse muchas cosas. Algunas, por ejemplo, son malas: el acoso verbal hacia una mujer, la humillación a la esposa por parte del marido, la agresividad física para con ella e incluso la trata de personas. Otras no, aunque nos las quieran vender como si lo fueran. Por éso, para no ser cómplices de la confusión, debemos hacer las siguientes aclaraciones.

1. La reprobación de estas agresividades sólo es “la punta de lanza” de la propaganda del pensamiento de género. Debe saberse que el rótulo de “violencia de género” encubre otras cosas que son muy buenas. Se dirá que llevar a término un embarazo no deseado es violencia de género, justificando el aborto; que el oficio de ama de casa también lo es, plantando la sospecha en el hogar; que la vocación de madre es violencia contra la mujer, sembrando la semilla de pensamientos anticonceptivos.
El plan es sencillo: el descrédito de las cosas malas debe proyectarse sobre las buenas, ensuciándolas. La fuerza de esa indignación frente al mal –ese montar en cólera ante la injusticia– será conducida –mejor dicho: utilizada– contra el bien. Se condena la agresividad hacia las mujeres a los efectos de manipular esa adhesión. Se dice una verdad para defender una mentira.

2. Fue pretextando estos casos que se sancionó –el 11 de marzo del 2009– la ley 26.485, denominada Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. Con semejante título, parecería que quien osara criticar la ley justifica la violencia contra la mujer. Así, de un lado, las mujeres luchando por “ser respetadas”. Del otro, arrinconados, los malvados varones a quienes sólo se nos permite asentir servilmente con la cabeza.

3. Como era de esperar, los diarios se hicieron eco de esta terminología nada inocente. Por ejemplo, Clarín –que para algunos “ahora es bueno” porque pelea contra el gobierno– tiene una sección denominada Violencia de Género, en donde notas tales como la muerte de una mujer a manos de su ex marido –antes ubicadas en la sección Policiales– ocupan ahora esa plana.
La noticia recibe, por el peso mismo de esta palabra, una determinada “lectura”: antes, se trataba de un atentado contra la justicia; palabra que, por sí misma, nos remitía a la verdad. Ahora, el marco ha cambiado. Son problemas de género. El marco en el que se leen y se comprenden este tipo de noticias es la perspectiva de género; y luego, la falsa disyuntiva: ¿condena usted el hecho sucedido?
Si decimos sin más que lo condenamos, habiendo aceptado esa palabra talismán, nos obligarán a aceptar también toda la galaxia de ideas que gira en torno a esa palabra. Pero si –en cambio– decimos que no lo condenamos en los mismos términos que ellos, astutamente nos acusarán de justificar la violencia contra la mujer. Es la falacia de las muchas preguntas; en efecto, se habla de varias cosas que pasan como si fueran una y la misma.

4. Debe comprenderse lo siguiente: la verdadera intención de estos ideólogos y de sus propagandistas no es eliminar las injusticias que la mujer pueda padecer. Ésa es sólo una pantalla. En realidad, pretenden legitimar tanto la promiscuidad sexual como el aborto, dos pilares de la mentalidad anticonceptiva.
Que no nos confundan con estadísticas imposibles de comprobar. Que no nos confundan con su palabrería vana y su griterío desaforado. Las palabras “violencia de género” son un anzuelo: por ellas, se subordina la vida del niño por nacer a la elección de su madre. Y si la madre decide quitarle la vida “interrumpiendo su embarazo”, todo aquél que busque salvar al hijo ejercerá una inaceptable violencia contra su supuesta “libertad reproductiva”. Ésto no es una deducción nuestra ni una proyección arbitraria. Está en la ley mencionada, cuyo decreto reglamentario (1011/2010) es aún más explícito. Dice la ley:

“Artículo 6°. Modalidades. A los efectos de esta ley se entiende por modalidades las formas en que se manifiestan los distintos tipos de violencia contra las mujeres en los diferentes ámbitos, quedando especialmente comprendidas las siguientes: (…) d) Violencia contra la libertad reproductiva: aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos…”.

En una palabra: afirmar que la vida del hijo no es objeto del capricho de su madre, será violencia de género. Ésto es lo que buscan; si definen los términos del debate, definen asimismo el pensamiento que determinará el resultado de ese debate.

5. ¿Cómo escapar de este callejón sin salida?
El camino para evitar estos males está en la inteligencia, “aquello que Dios más ama en el hombre”, según expresión de Santo Tomás. Sólo el cultivo permanente del discernimiento y la vigilancia constante del lenguaje puede impedir que caigamos en la confusión. De lo contrario, seremos víctimas de la guerra de las palabras, hoy desatada sin filtro alguno en nuestra sociedad. Que Cristo, Palabra Encarnada, se haga presente en nuestras gargantas para que nuestra voz sea un eco de la Voz. Si por nuestro testimonio salvásemos una sola vida, valió la pena.
 
Juan Carlos Monedero (h)
27 de abril de 2013

domingo, 28 de abril de 2013

Testigo de cargo


PENSAMIENTO CRÍTICO
 
Sorpresas nos da la vida. Uno definiría a “Clarín” como un diario de izquierda de la variante social-demócrata.
 
Y sin embargo, toma uno entre sus manos el ejemplar  del domingo 21 de octubre pasado, lo abre en la página 63 y se cae… digamos,  de espalda. Porque luce allí un aviso que transcribiremos literalmente. Es a toda página y comienza con una foto de los siguientes ocho personajes: Marx, Nietszche, Trotsky, Eco (Humberto), Luxemburgo (Rosa), Hobsbawm, Guevara (el Che) y Lenín. Luego viene el texto: “Clarín y Ñ presentan PENSAMIENTO CRÍTICO.  Una colección en dieciséis entregas para confrontar las enseñanzas de los intelectuales frente a las verdades reveladas, los dogmas vacíos y los espejismos de la realidad. Oferta lanzamiento.  Sábado 27 de Octubre. Libro N° 1 de regalo con la edición especial de Ñ”. Y sigue la portada del libro de regalo, que es nada menos que “El Manifiesto Comunista” de Marx y Engels.
 
¡Atiza!  Diría un castellano viejo. Esta sí que no me la esperaba.  Echemos cuentas. De los ocho epígonos del pensamiento crítico que nos ofrecen, seis está íntimamente ligados a la  experiencia del “socialismo real” del siglo XX, uno como inspirador (Marx), cuatro como actores (Lenín, Trotsky, Rosa Luxemburgo y el Che) y uno como historiador de esa tendencia (Hobsbawm).
 
Ahora bien, un diario izquierdista de la variante social-demócrata no pondría jamás como modelos del pensamiento crítico a ninguno de los seis indicados, empezando por Marx. Desde el Congreso de Bad Godesberg (1969) Marx se fue borrando como inspirador de los partidos socialistas. Pero a la vejez viruela. En el año del Señor 2012 nos venimos a enterar de que “Clarín” es comunista, cosa que hasta el momento había ocultado cuidadosamente. Porque, entendámonos: ponerse del lado de los “intelectuales” en una batalla contra “las verdades reveladas” y poner como modelo de esos intelectuales a Lenín y el Che Guevara es tomar una inequívoca posición a favor del comunismo y no en un artículo firmado sino en un aviso institucional.
 
Claro que a esta altura de los tiempos venir a confrontar “el pensamiento  crítico” de Marx y de Lenín con “verdades reveladas y dogmas vacíos” suena a chiste. Para empezar nomás uno pediría que la colección que nos prometen comenzara (o culminara) explicando cómo este formidable pedazo de pensamiento terminó en tan colosal fracaso, en un régimen que tras setenta años de dominio totalitario se derrumbó solo, por su  inoperancia y falsedad. Tampoco vendría mal que alguien confrontara las muertes debidas a “las verdades reveladas y los dogmas vacíos” (con Inquisición incluida) y los causados por el experimento fracasado del socialismo real.
 
Por último no vendría mal que “Clarín” hiciera públicas sus diferencias con La Cámpora, D’Elía, Pérsico y la Universidad (?) de las Madres, ya que parece que en bibliografía tiran parejo. ¿Por qué le indignan los manejos de Cristina y  al mismo tiempo hace el elogio de los inspiradores del más feroz y asesino régimen totalitario que jamás existiera? Al fin y al cabo, seamos justos, nuestra Presidenta, Chávez, Correa y Evo apenas si han comenzado a transitar el camino que tarde o temprano culmina en el Gulag.
 
 
CRÍTICA DE LA CRÍTICA
 
Es gracioso. Hoy en día una “actitud crítica” no sólo es permitida sino que es exigida, extendiendo a todas las formas del conocimiento lo que es normal en la ciencia.
 
Esto, en las universidades, sirve para burlarse del catolicismo y sus “dogmas vacíos”. Pero los profesorcillos mal pagados y peor entrenados se ponen al borde de un ataque de nervios cuando algún alumno valiente se atreve a enfrentarlos con una crítica del pensamiento crítico.
 
Hace pocos días, cuando falleció Eric Hobsbwam, el historiador marxista tomado como modelo por “Clarín”, “El País” de Madrid (vocero socialdemócrata) le dedicó un suelto muy poco amigable, que tituló “Gran historiador, pésimo profeta”. Nada menos. Pero uno se pregunta ¿por qué lamentar que Hobsbawm fuera un “pésimo profeta”? ¿Desde cuándo los historiadores están obligados a profetizar?
 
Respuesta evidente: desde Marx, que creía que de la Historia podían deducirse las leyes del futuro, tan rigurosas como las de las “ciencias duras”, todo el marxismo está basado en la suposición de que conociendo y entendiendo el pasado, tendremos la llave del futuro. Y como toda la historia se define por la lucha de clases, lo que venía era el enfrentamiento de las dos últimas clases que la Historia ha engendrado: la burguesía y el proletariado.
 
Esto es pensamiento crítico. Lástima que no pasó nada parecido, lástima que el conflicto de clases es sólo uno de los que enfrentan a los hombres, lástima que las clases mismas estén mal definidas en el marxismo. Lástima que este pensamiento crítico de un intelectual crítico no soporta una crítica a fondo.
 
Y así todo. En las vísperas de la revolución de Octubre, Lenín escribía en “El Estado y la Revolución” que las tareas de gobierno se simplificarían de tal manera que una cocinera podría desempeñarlas. Bueno, los argentinos hemos probado con una bailarina de club nocturno y una “exitosa abogada”.
 
Los resultados fueron malos en los dos casos, pero me sospecho que una cocinera no haría mucho mejor papel.  En cualquier caso, imaginar —contra toda evidencia y todo sentido común— que la tarea de gobernar se simplificaría en el siglo XX, eso es un bello ejemplo de pensamiento crítico.
 
Marx también pronosticó que la sociedad socialista culminaría cuando la humanidad superara el reino de la necesidad —sujeción a la tecnología— y entrara en el de la libertad. Estas palabras se han interpretado de muchas maneras pero los socialistas concretos que gobernaron en nombre de Marx y se proponían llevar a la humanidad a tan alto estadio, comenzaron por desbrozar el terreno y mataron: Stalín, unos veinte millones de rusos, Mao unos treinta millones de chinos y Pol Pot, el jefe de los khmer rojos de Camboya se limpió al 40% de la población de su país en unos pocos años. Maravillas del pensamiento crítico y sus aplicaciones.
 
Para no olvidarnos del único representante argentino del pensamiento crítico de “Clarín”: el Che Guevara, cuya carrera está jalonada de éxitos. Fue Ministro de Industrias y Presidente del Banco de Cuba. Fracasó. Fue candidato a libertador del Congo y luego de Bolivia. Fracasó. Con su compinche Fidel Castro se las arregló para convertir al noble pueblo cubano en mendigo de la Unión Soviética primero y de Venezuela después. Eso sí, todo ello dentro de la más severa ortodoxia del pensamiento crítico. Sin olvidar que los entusiastas  del pensamiento crítico imponen por doquier el aborto libre y gratuito y la teoría de los géneros en el mismo momento en que la ciencia —sí, nada menos que la Ciencia— descubre que en el óvulo fecundado está todo —todo— lo que luego se desarrolla en el nasciturus. Y que las diferencias entre hombre y mujer tienen  una ancha base fisiológica.
 
Como se ve, el pensamiento crítico que “Clarín” quiere imponernos permite explicarlo todo, arreglarlo todo, comprenderlo todo y profetizar con certeza de equivocarse.
 
 
LA CUESTIÓN RELIGIOSA
 
¿Qué hay detrás de este combate  contra los “dogmas vacíos” que emprende “Clarín” tan anacrónicamente? Desde sus comienzos los sistemas modernos de pensamiento fueron pensados no sólo como una alternativa a lo religioso sino como algo que lisa y llanamente reemplazaría a la religión.
 
Se trataba, entonces, de poner en pie una nueva religión que reemplazara a un cristianismo caduco. Hay, claro, una resistencia a llamar “religión” a algo que niega, refuta o ignora a Dios, pero yo creo que es útil darle ese nombre porque ayuda a comprenderlo. El culto a la diosa razón, la masonería, etc. no merecen el nombre de una cosa que se define como “religación con el Creador”.
 
Pero si nos limitamos a observar el papel que las religiones cumplen en una sociedad, entonces se justifica dar ese nombre a todos los ensayos modernos que en seguida enunciaremos. Porque de una religión se espera, antes que nada, una explicación sobre el sentido de la existencia y de eso tratan los sistemas modernos.
 
Ya a fines del siglo XVII aparece la primera de estas formas: la masonería, que con sus ritos iniciáticos propone a la burguesía creciente una alternativa al culto cristiano.
 
Pero su defecto estaba en el elitismo que la definía. El ritual masónico abarcaba a pequeños grupos, nunca a las masas que asomaban ya en el horizonte.
 
El segundo intento se realizó durante la Revolución Francesa, cuando se radicalizó, en pleno Terror. Se montó un ridículo culto a la diosa razón, al Gran Arquitecto del Universo y a la libertad.
 
La profanación de los altares de Notre-Dame con estas zarandajas muestra a las claras el carácter que sus inventores querían darle, la certeza que tenían de fundar una religión de recambio. Es sabido que los vagorosos cultos jacobinos murieron con la revolución, tras apenas unos meses de vigencia.
 
Más explícita y orgánica fue la tercera iniciativa: la religión de la humanidad que inventara Augusto Comte a mediados del siglo XIX. Aquí la función de reemplazo del catolicismo es explícita. Como el mundo entraba en una era de conocimiento científico era necesario que también la religión se sometiera a ese modelo de pensamiento y dejara de lado lo mágico y metafísico en que había abrevado hasta entonces. Es sabido que tal “religión” desapareció con su fundador sin dejar otra huella que uno de sus lemas en la bandera de Brasil.
 
Desde muy distintas perspectivas se ha hecho notar lo que el marxismo —cuarto intento moderno— tiene de religioso, con su escatología imitando la del cristianismo: un acontecimiento (la Revolución) que como la Redención parte la historia en dos. Raymond Aron (un pensador liberal con algunos enfoques valiosos) se sirvió de la definición de Marx de la religión para, a su vez, definir al marxismo como el “opio de los intelectuales”, acertada síntesis.
 
El último sistema moderno de pensamiento con ribetes religiosos es el freudismo.  Durante todo el siglo XX han surgido numerosos estudios que cuestionan las pretensiones científicas del psicoanálisis. Parece, en cambio, cada vez más evidente que se trata de un sistema pansexual de interpretación de la vida humana que, como los anteriores, intenta cubrir el terreno que deja libre la fe de Occidente.
 
 
LA SEXTA RELIGIÓN
 
Desaparecidas, casi sin huellas, la religión de la diosa razón y la de la humanidad, incapaz de superar su elitismo, la masonería, en franca crisis tanto el marxismo como el freudismo, el panorama ideológico de Occidente es sencillamente desolador.
 
No es extraño que el único sistema de pensamiento aparecido en los últimos cincuenta años se haya dado el paradojal nombre de “posmodernismo” y se haya definido como una toma de conciencia de “el fin de los grandes discursos”.
 
En 1983 Laurent Joffrin, uno de los más influyentes pensadores del socialismo francés, reflexionaba con amargura: “las grandes explicaciones están muertas. Pasará largo tiempo antes que un pensador suficientemente poderoso ponga en orden el caos de los sistemas rotos”.
 
Joffrin, progresista al fin, daba por cierto que aparecería ese pensador-redentor que restauraría la filosofía de las luces en todo su esplendor. Un nuevo Marx. Pero hay ninguna certeza de que tal “segunda venida” vaya a suceder.
 
Mientras tanto, con las astillas de los sistemas rotos, el hombre (occidental) se ha armado una versión provisoria que hace las veces de sexta religión moderna para uso de seres desorientados en búsqueda de certezas que les permitan decirles no a los curas.
 
La primera parte de esa nueva fe viene a sonar más o menos así: La Nada estaba muy tranquila hasta que por sí sola decidió que algo había que hacer y se puso en marcha. Lo que pasó después es todo fruto del azar. Porque este último se convierte en el gran recurso, el que explica todo y salva cualquier obstáculo.
 
Lo cual sólo puede sostenerse mediante una colosal ignorancia y la suposición de que el azar no está sometido a leyes. Si lo está, son las leyes de probabilidad.
 
En uno de sus últimos libros (“Por qué creo”) Vittorio Messori recuerda que el premio Nobel John Eccles decía que renunciando al Creador, el mundo queda así: “un almacén de un kilómetro de largo lleno de piezas aeronáuticas; un ciclón que durante cien millones de años de años hace girar y encontrarse entre sí a todas aquellas piezas y cuando, por fin, el viento se aplaca, dentro del inmenso depósito hay cuatrimotores a los que no les falta ni un tornillo, esplendorosos, con sus hélices girando”.
 
Poco importa. Cuando hace falta una fe y se rechaza la del Dios verdadero, se puede creer en cualquier cosa. Literalmente.
 
Por eso todo el resto de una sexta religión que comienza con tan buenos auspicios es por el estilo. Pedazos mal digeridos del marxismo y el freudismo, afirmaciones claramente contradictorias entre sí, todo es bueno para cubrir las desnudeces de este culto.
 
Subsiste, claro, una dificultad ya advertida desde hace tiempo. La ciencia de nada sirve cuando de moral se trata, ya que los conceptos de bien y mal son ajenos a su competencia. De nada sirven los bravos progresistas —como Savater— que quieren edificar por su cuenta y riesgo una moral de situación. Las palabras están disponibles para tales hazañas. Lo que no está disponible, en cambio, es el fundamento objetivo y evidente de una nueva moral capaz de superar la cristiana.
 
Alguien dijo que el resultado actual de esta moral híbrida suena así: “descendemos del mono, amémonos los unos a los otros”.
 
En una palabra, todo cronista más o menos serio de nuestra era advierte la orfandad en que nos deja la quiebra de los grandes discursos. Pero pocos advierten que esa quiebra deja lugar a los pequeños discursos, la manifestación de los seres pequeños que repiten lo de siempre porque son incapaces de crear nada nuevo.
 
En ese panorama se inscribe la iniciativa de “Clarín”. Apelan al discurso crítico, viejo fetiche progre y para ilustrarlo apelan a Marx, Lenín, Trotsky, las momias de un museo de los fracasos.


UN CASO

No quiero terminar sin referirme a una pequeña —¿o no tan pequeña?— cuestión que ilustra muy bien las antinomias que enumera “Clarín”. Todo el mundo conoce el caso de Galileo Galilei, ferozmente perseguido por la Iglesia católica. Esta es la versión que circula en los círculos anticlericales.
 
El que desea conocer la verdad puede leerla en “Los sonámbulos”, libro escrito por Arthur Koestler, judío agnóstico del que no cabe sospechar parcialidad.
 
Galileo estuvo veintitrés días detenido pero no en una celda sino en un lugar confortable. Volvió a su trabajo y pudo seguir investigando sin ninguna limitación más que no dar por probada la teoría de Copérnico.
 
(Lo cual, de paso, era cierto, pues recién los experimentos de Foucault, un siglo después, aportaron la prueba científica).
 
Volvamos ahora a nuestro tiempo. Estamos en el año 1935, en la Unión Soviética. Un oscuro agrobiólogo, T. D. Lyssenko, conquista el favor de Stalín, que lo nombra Presidente de la poderosa Academia Lenín de Ciencias Agrícolas. Durante más de veinte años Lyssenko orienta los estudios y la práctica de la agricultura soviética y contribuye a un desastre del que todavía hoy no se ha recuperado.
 
Lyssenko negaba la genética moderna en nombre de la ortodoxia marxista. Para imponer su punto de vista “eclipsó a los genetistas que se le oponían haciendo encarcelar a varios. En 1940 fue arrestado el célebre botánico Nicolás Ivanovich Vavilov. Murió en prisión en 1943. Otros sabios de renombre en el dominio de la agronomía y de la biología fueron arrestados y fusilados” (Tomado de “L’utopie au pouvoir” de M. Heller y A. Nekrich).
 
Estos dos pequeños ejemplos ayudarán al lector a comprender como se solventa un conflicto entre religión (o ideología) y ciencia en una sociedad gobernada por “verdades reveladas y dogmas vacíos” y otra regida por intelectuales del discurso crítico.
 
Aníbal D’Ángelo Rodríguez
 

martes, 23 de abril de 2013

Editorial del Nº 102


EL DESPRECIO AL BIEN COMÚN
 
 
Todos los días y desde hace añares, la partidocracia viene dando pruebas abundantes de su naturaleza malsana. La cual, en homenaje a la brevedad, podríamos definir como la prevalencia del interés del partido por sobre los intereses patrios; y la prioridad de conservar e incrementar el poder, subalternizando a tamaño provecho cualquier cuidado de la sociedad en su conjunto.
  
Cuando una de esas facciones partidocráticas alcanza el gobierno, la tal malicia se exacerba, pues en el afán de perdurar en el usufructo del mismo, nada detiene a los gobernantes en el propósito ruin de privilegiar lo sectorial a lo nacional.
  
Existiendo ordinariamente pruebas innúmeras de cuanto decimos, lo cierto es que este mal enorme del desprecio al bien común se potencia y llega al tope de su morbo, en circunstancias dramáticas, como las que acabamos de vivir; bajo el efecto de unas tormentas feroces, que han cobrado decenas de muertos y muchedumbre de daños.
  
Si diluvia en Buenos Aires, los torrentes demoledores serán macristas; si en Tolosa, la lluvia no será radical ni peronista, según palabras textuales de Cristina, devenida súbitamente en pluvióloga heracliteana. Pueden invertirse los términos y se llegará al mismo resultado, que en materia de protervia empatan los unos con los otros. Pero en el medio está el dolor desgarrador de la gente concreta; y la presencia atroz de La Cámpora, queriendo capitalizar la solidaridad espontánea de los vecinos; y la mayor presencia vejatoria y ultrajante de Ella, fingiendo una sensibilidad de la que carece, una empatía social que le ha sido negada, una preocupación por los necesitados más falsa que sus colágenos, más taimada que su luto, más falluta que su corte de oligarcas exhibidos como salvadores de pueblo.
  
Quedará para las curiosidades filosóficas que ante una misma catástrofe se apliquen indistintamente las categorías de substancia y accidente, según convenga a los funcionarios para tapar el crimen de sus respectivas ineficacias. Pero quedará para una historia de la infamia política que —con o sin inundaciones— el gobierno priorice su imagen y su supervivencia al deber de velar por el bien común.
  
Porque ésta es la esencia misma de la tiranía; y la tiranía es el nombre tristemente exacto de lo que padecemos. Mala cosa —dice la oda de Horacio Contra el lujo— cuando los palacios opulentos están reservados a los que mandan, mientras los techos ancestrales son abandonados a su suerte. Mala cosa, acotamos, ya sin la guía del poeta romano, cuando los destinos de una nación anidan prietos en los puños rapaces y en las cabezas desquiciadas de una banda de forajidos.
  
Aumenta la confusión que a la primera responsable de esta tiranía ominosa, Monseñor Mario Poli, recientemente designado Arzobispo de Buenos Aires, la invite a participar del Tedeum del próximo 25 de Mayo, porque “la Catedral es su casa y deseo que vuelva”. Lo ha dicho desde Roma, el pasado once de abril.
  
Creíamos saber que la Catedral era ante todo la Casa de Dios. La misma que en reiteradas y recientes oportunidades fue profanada por enajenados grupúsculos oficialistas, sin que la ahora especial invitada moviera un dedo para evitar o condenar el aborrecible sacrilegio. Bien estaría este pedido de retorno al templo mayor si se tuviera como modelo la humillación de Canosa de Enrique IV. Pero aquí, y una vez más, la humillada será la Iglesia.
  
Estemos alertas quienes todavía amamos a Dios y a la Patria. Podrán sobrevenir inundaciones más horrendas que éstas que nos han castigado recientemente, con cadáveres y restos de hogares flotando por las calles. Y para hacerles frente no alcanzarán los demagogos exhibiéndose con costosas vestimentas para días de desastres naturales. Ni el curerío miope, que omite las nociones de reparación, expiación y penitencia, reduciendo el drama a una cuestión sociológica. Harán falta cristianos y patriotas dispuestos al testimonio vivo de las virtudes teologales y cardinales.
  
Antonio Caponnetto
  

domingo, 21 de abril de 2013

Aviso



SALE CABILDO

ALGUIEN TIENE QUE DECIR LA VERDAD

POR LA NACIÓN CONTRA EL CAOS

— Se ruega difundir —
 

viernes, 19 de abril de 2013

Mirando pasar los hechos


PERPLEJIDAD

Con el mayor respeto, las presentes reflexiones no fluyen de un espíritu impugnador con manías contestatarias, sino que traducen simplemente cierto estado de ánimo en absoluto involuntario. Perplejidad. Vacilación sobre la propia capacidad cognoscitiva. El Arzobispo de Buenos Aires recién designado, acaba de manifestar la esperanza de un cambio en la relación oficial con el Gobierno, deseando que la Presidenta vuelva a la Catedral para el Tedeum del próximo 25 de Mayo.

“Estamos cerca de las elecciones, así que va a ser un 25 para rezar por la patria, para que nos vaya bien. Es más que probable y así lo deseo. ¡Que vuelva! es su casa” (cfr. “La Nación, 12 de abril de 2013).

Modificación optimista de la historia latiente, reduciéndose de hecho la actual inquina contra la Iglesia Católica a un accidente ocasional y superable, que impidiera circunstancialmente la concurrencia a una ceremonia.  Bastaría un solo gesto —y la bendición de las urnas— para que “nos vaya bien”. Quedarán atrás entonces:

- El Decreto Nacional N° 1086/05 que sanciona el Plan vigente contra la religión y la moral católica, promoviendo en especial la homosexualidad.
- Pasan al olvido la educación laica.
- La enseñanza obligatoria en escuelas públicas y privadas de “todos los métodos anticonceptivos”.
– El matrimonio igualitario.
– La facilitación del aborto.
– Las exposiciones sacrílegas con apoyo oficial.
– Y todo lo demás, ya superado, incluyendo la adaptación en ciernes del Código Civil a las novedades contra Dios y natura.

Destácase por separado, el explícito reconocimiento de la Catedral como casa de la Presidenta. Algo que anticipadamente presintieron sus poderosas cofrades, las Madres de Plaza de Mayo, cuando se posesionaron del templo instalando un retrete en el recinto sagrado…

Es notable el contraste entre esta actitud del pastor recién designado, y las palabras que acaba de pronunciar quien lo designó: “La incoherencia de los fieles y de los pastores entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el modo de vivir, minan la credibilidad de la Iglesia”.

DESENFRENO, DESAMPARO Y RECURSO

En estos días se ha agudizado la inquina del periódico oficialista por antonomasia, recurriendo a la blasfemia gráfica. En tal empeño publicó una caricatura del Sumo Pontífice elevando un mate con las palabras de la Consagración; y a la par un sacerdote impartía bizcochitos con grasa como comunión. Tampoco se han conocido pertinentes protestas. Figuran como directivos de la referida hoja los señores Tiffenberg y Sokolowicz, al frente de un extenso elenco de paisanos. De tal modo y cotejando la frialdad señalada con el celo en aquellos ámbitos frente al menor atisbo: ¿no será el caso de recurrir a la DAIA?

Recientemente ella supo exigir las disculpas de un importante legislador, por haberse animado a  señalar que en la explosión de la AMIA habían muerto “argentinos de religión judía y argentinos argentinos”… Y ya se sabe la impresionante reacción provocada desde la sección humorística del mismo diario, por cierta irreverencia rozando el dogma del Holocausto.

Casimiro Conasco
Abril de 2013

martes, 9 de abril de 2013

Históricas


GENERAL LEÓN DEGRELLE:
CAUDILLO DEL VALOR,
LA FIDELIDAD Y EL HONOR
  
  
El Dr. José Luis Jerez Riesco continúa sus importantes trabajos históricos con este estudio centrado en la singularísima figura del General León Degrelle, quien fue un hombre de Fe Católica, un guerrero sin par y un escritor de espíritu exquisito. El título de la obra es “Degrelle en el exilio. 1945-1994”. La edición fue realizada por la Editorial Wandervogel. El tomo consta de 617 páginas divididas en seis capítulos, más 18 páginas de papel satinado reproduciendo fotos inéditas del Caudillo en diversas actividades.
  
Iniciamos este comentario con nuestro corazón rebosante de admiración por el héroe que nos presenta, con documentación insoslayable, la gran pluma de Don José Luis Jerez Riesco. Por eso elevamos un ruego como punto de partida.  Éste se debe a un espíritu hispanoamericano y dice así: “Que aquel que reparte misteriosamente excelencias nos otorgue el privilegio de privilegios, que es el de dar”. Al conjugar el verbo final del pensamiento transcripto se hallará el resumen de la vida del General en su más que honrosa vida terrenal.  Darse constantemente por su Fe Católica, su Patria chica y grande, amén de por nuestra Civilización Cristiana que impregnó al mundo con la Verdad revelada por  Cristo Jesús.
  
El espíritu del Cruzado está reflejado en sus libros.  Uno de los más hermosos es “Almas Ardiendo”, que fuera traducido al español y prologado nada menos que por don Gregorio Marañón. Estamos frente a un trabajo con páginas de paz, guerra y exilio, redactadas por León Joseph Marie Ignace Degrelle, nacido el 15 de junio de 1906 en Walonia, exactamente en la Villa Noble de Bouillon, la misma del medieval Cruzado Godofredo, quien adoptó el apelativo del burgo de las Ardenas. Milagro dispuesto por Dios, que marcó los días del Guerrero como lo reflejan sus pensamientos y su accionar. He aquí una perla del riquísimo collar de las almas que, como la de Degrelle, arden en la marcha hacia Dios. Del poema Cimas unos versos en los que se exaltan la perseverancia imbatible: “Entonces la  victoria será tuya / días después de haber dado / hasta el último esfuerzo, caer con los brazos en cruz desde la gran cima / y rodar con los guijarros, hasta el fondo del lejano abismo / todo habrá terminado.  La victoria será tuya, volver a bajar ya / no tendrá importancia; habrás dejado la vida con el último esfuerzo / ¡canta! ¡que tu voz resuene en los valles profundos ¡no te arrepientas de tus lágrimas! / lo más duro ya está hecho ¡ahora, resiste y resiste! ¡aprieta los dientes! y pon una mordaza en tu corazón… ¡y sube!”
  
El Dr. Jerez Riesco comenta en  memorable página: “Es una visión pórtica de la ética de su forma de vivir, un canto a toda virtud, que un hombre ha de tener la bondad, la paciencia, la obediencia, la renuncia, el llevar una vida recta, el tener bondad y misericordia, pero sabiendo también cuándo toca ser duro y recto. La felicidad se ha convertido en un fruto que devora ávidamente; sin embargo la única felicidad es el dar, el darse”.
  
También nuestro héroe llevaba en las campañas anti bolcheviques un Diario Íntimo en el que se refiere a la muerte, y dejó en unos papeles frases emotivas: “Debería decir: vamos, es todo, yo pongo en orden mis recuerdos en líneas de colores y marcho hacia la muerte ahogando mi corazón”. El General debió haber engarzado como divisa lo que estampara en acero: “¡Los que titubean en el esfuerzo es porque tienen adormecida el alma”.  Porque en verdad, el redivivo Godofredo de Bouillon nunca titubeó.
  
Entre 1926 y 1927 estuvo en México, donde vivió peligrosamente actuando como corresponsal de los Cristeros en esos momentos en lucha contra el endemoniado tirano masón Plutarco Calles. De regreso a su patria se graduó como Doctor en Leyes en la Católica Universidad de Lovaina. Comenzada la década de los años treinta, acompañado de Monseñor Picard, jefe de la Acción Católica, fundó el “Movimiento Rex” (por Cristo Rey), llevando a cabo una dura lucha con el convencimiento de que Europa debía unirse en pro de la herencia cultural común. De ahí que fuera invitado por Churchill para conversar en Londres, y poco después convidado a Berlín para entrevistarse con el Canciller Hitler. Luego viajó a Roma, donde fue recibido por el Duce de Italia.
  
Por el sistema de Versalles los 19 Estados que formaban Europa en 1914 se convirtieron en 27. Era la pulverización de Europa y el aumento de los conflictos raciales y limítrofes. A ello se agregaba la crisis incomprensible estallada en Jew York en 1929 cuando, en la Bolsa, los bonos alcanzaban cifras muy altas. Degrelle en esos meses llegó a la conclusión de que la guerra era inevitable en pocos años. Por ello se puso en contacto con los movimientos que sintetizaban la tradición, como la Falange Española acaudillada por la personalidad magnífica de José Antonio Primo de Rivera, quien le concedió la ficha de afiliación número 1 para los extranjeros. Luego, la “Guardia de Hierro” rumana, encabezada por su Jefe Cornelio Codreanu, le dio la bienvenida.
  
Degrelle era en esos tiempos la personalidad más joven de los Conductores que perfilaban la Nueva Europa. Su presencia y oratoria galvanizaban  a las juventudes. Su lucha tenaz era franca y leal. Nunca dejó de asistir solo a las reuniones marxistas para discutir con todos los presentes. Sus planteos se fundamentaban en la Doctrina Social Católica. Enfrentó con dureza a la herética Democracia Cristiana, a la hipócrita Social Democracia y al Marxismo, resumidero del deicidio. El ascenso Rexista era imparable, cuando el 21 de febrero de 1936 la Santa Sede rompió sus relaciones con el Rexismo recomendando votar contra Degrelle. El mundo político católico quedó paralizado. ¿Qué fuerzas misteriosas se habían movido para golpear a Degrelle que estaba por dar jaque mate al marxismo en Wallonia y Flandes? Quien esto escribe no ha encontrado explicaciones válidas.
  
Estallada la Gran Guerra, la conflagración convocó a cientos de miles de voluntarios contra el bolchevismo. El nuevo Caudillo de Bouillon creó la Legión Wallona y la de Flandes formadas por decenas de miles de jóvenes que siguieron a Degrelle. Éste, anotado como soldado raso, quiso ser siervo de los más humildes. Así conquistó los grados hasta el Generalato, cuando ya sólo se luchaba para impedir el avance de la horda capitalista bolchevique. En el sector de Degrelle el enemigo solo avanzó treinta kilómetros en treinta y cinco días. Así lo expresó el Caudillo en una carta cuando estaba prácticamente paralítico en el Hospital General Mola: “No he sido ministro ni jefe de gobierno, he sido un soldado contra el bolchevismo; ¡eso es todo! He ganado mis ascensos. He llegado a General únicamente por méritos de guerra. Estoy en posesión de las Hojas de Roble y la Cruz Alemana de Oro, así como la Medalla de Oro de los Heridos que se recibe al haber sido herido al menos cinco veces. Pero además, y esto prueba mi papel de verdadero combatiente, he recibido de manos del Führer la Insignia de Oro de los Combates Cuerpo a Cuerpo con la que se honra luego de haber participado en cincuenta de ellos por lo menos…” (Párrafo de una carta de León Degrelle redactada en 1945, transcripta en forma íntegra por José Luis Jerez Riesco).
  
No fue fácil su lucha. Sus padres ancianos de 78 años y 17 veces abuelos, fueron encerrados en una mazmorra social comunista por el delito de ser padres del Caudillo.  Allí los dejarán morir. El asesinato de su hermano con cinco tiros en la espalda y la desaparición en campos de concentración de su esposa Marie Paule Lemay con sus cinco niños pequeños, incluso uno de ocho meses, completan el cuadro de sus pesares.
  
La rendición lo encontró en Oslo resistiendo a la canalla comunista (7 de mayo de 1945). En un aeródromo libre consiguieron un Heinkel 111 con el que sobrevolaron Holanda, Bélgica y parte de Francia a menos de tres mil metros de altura llegando a la playa española de San Sebastián. Allí tuvieron que poner el aparato en forma vertical para utilizar las últimas gotas de combustible. Luego capotaron en las arenas y siguieron hasta el mar donde la benemérita Guardia Civil los rescató. El heroico piloto fue Alberto Duringer quien, emigrado a la Argentina e incorporado a la Compañía Aerolíneas Argentinas, cobró fama por sus excelentes dotes como aviador y hombre de consulta.
  
Considerando al Eje derrotado, en Bretton Woods (julio de 1944), se restableció como divisa el Patrón Oro. Estados Unidos debía mantener el precio del oro a equis valor, que se establecería después a tantos dólares la Onza Troy, teniendo además  el privilegio de cambiar dólares billetes por oro sin restricciones. Fort Nox detentaba (en su verdadera acepción) la propiedad del oro del mundo. Se establecieron los criterios para arrasar los capitales nacionales. Como tributo al dólar, las monedas nacionales fueron reducidas a la condición de ser una proporción del dólar como moneda de referencia. Se crearon, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Las economías nacionales cayeron así en el volcán del mercado mundial con su oferta y demanda.
  
Por el momento, como falta algo por decir, cerramos con estas afirmaciones del Caudillo: “Tuvimos Razón, Tenemos Razón, Tendremos Razón”.
  
Luis Alfredo Andregnette Capurro