jueves, 16 de febrero de 2012

Mirando pasar los hechos


ALIVIO EN LOS ESCAÑOS
  
  
ALÍ BABÁ
   
El fabuloso aumento salarial para los legisladores —¡oh sorpresa! mansamente consentido por “la oposición”— ha venido a corroborar la perversión de la Democracia, ya descripta por una pluma tan ilustrada como “políticamente incorrecta”. Y un promotor —beneficiario— de la estupenda escalada salarial, fastidiado por la incontenible ola de vituperios, ha advertido que de no incrementarse las remuneraciones “tenemos que dejar la política para que lo hagan los ricos y los ladrones”. Algo como si Alí Babá iracundo no percibiese su circunstancia.
   
INDIGNACIÓN
     
Realmente cuesta contenerse ante semejante derroche,  agraviando a la razón y a la miseria floreciente por los cuatros costados del país. Es de imaginar el desasosiego de los jubilados, sometidos al colador de la Anses. Una malla inventada para averiguar si con la suma de los años, corresponde la devolución de la suma de los ahorros a sus legítimos dueños. Operación aritmética que antaño —en la “Argentina fracasada”— llevaba horas; para júbilo y descanso de los viejos. Pero hoy le hubiera quitado el sueño a Pitágoras. Frente a los portentosos cuestionamientos, traducidos en cálculos y dictámenes inextricables, con juicios añosos rematados en los más altos estrados. Sorprendiendo incluso a una integrante de la Magistratura Suprema, que se vuelvan a plantear situaciones idénticas ya resueltas; o sea innecesariamente sometidas a juicio sencillamente para demorar el pago o simplemente no pagar. En fin, valga la digresión, a los viejos les niegan recuperar sus ahorros, mientras la ANSES funciona como gigantesca empresa financiera al servicio del Poder. Ante lo cual el ciudadano ingenuo se preguntará: ¿qué hacen y dicen al respecto los ocupantes de los escaños legislativos?
               
RULOS Y CAÑOS
  
Sobre llovido mojado, los escuálidos “beneficiarios” estarán atando cabos ante los desaires con que los trata la suerte: el mayor motor del aumento sideral a los trabajadores del escaño, es el mismo cheto que mandó a los caños las AFJP. Cuando lucía sus rulos precisamente en la ANSES.
                                                             
Casimiro Conasco

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uno no deja de suspirar siempre por un fusilamiento masivo de estos gusanos o en la alternativa, la solución que propugnaba mi padre para los homosexuales ( en casa jamás decía "putos")y que consistía en su apresamiento y provisión de un pico y una pala y a Mendoza, a cavar un tunel que pase la cordillera. Y remataba así : "Cuando lleguen al otro lado, invadimos Chile, usándolos de escudo".
No se si hace falta aclarar que mi padre no era light ni políticamente correcto.
CD