miércoles, 31 de agosto de 2011

Inventos kirchneristas

EL PERIODISMO MILITANTE
     
     
Una de las confusiones miles que acarrea el kirchnerismo, y no sólo por su malicia ingénita sino por su indómita burrez, es creer que solito él y sus “intelectuales” han descubierto el Mediterráneo y la pólvora.
       
Así fue que un día —después de ser beneficiarios, socios y parte activísima del mismo— descubrieron la malhadada existencia de un monopolio periodístico.  Cierta especie de gran conspiración multimediática dedicada a informar a piacere, a hacer lobby político en las mayores escalas posibles, y a rascarse según el grano que  interesadamente le picara en cada voltereta de nuestro zigzagueante devenir.
      
Es una vaina que no nos corre, queremos que conste. Y es un “hallazgo” que hace largas décadas fue hallado, toda vez que el Nacionalismo nace a la acción pública denunciando en soledad el complot de los mass-media contra la verdad. La historia nacionalista es asimismo la de sus innúmeras protestas —en carácter de víctima— frente al mito grotesco de la libertad de expresión, cómodamente asociada a la libertad de lucro.
       
¿Qué asombrosa novedad es ésta de detectar una prensa canalla, unos plumíferos ubicuos, unos pendolistas fenicios, unos escribas harapientos de ciencia y de coraje, unos cronistas incoherentes y mendaces o una partidocracia llena de dobleces? Barata osadía la de cazar jabalíes vivisecados. Notable acuidad la de advertir oportunistas en el mercado de los tránsfugas, siendo uno de los dueños y accionistas del mismo.
      
Cuando por razones económicas antes que ideológicas, la entente monopólica se quebró, el kirchnerismo fabricó su propio acaparamiento multimediático, de la misma naturaleza del que decía horrorizarse, y en substancia, de la misma ideología. Sí; de la misma ideología revolucionaria, naturalista, laicista e inmanentista y, sobre todo, crematística. La pelea que fingen disputar es una reyerta entre modernos; una carrera de roedores, para ver quien usufructúa más los compartimentos del albañal. La diferencia entre “Clarín” y “Página 12”, por poner algún ejemplo, es la misma que hay entre la maja vestida y la desnuda. Una conserva un poquitín de pudicia. La otra es promiscua. Pero ambas son una sola persona que posan para el mismo pintor, adornan el mismo museo y, llegado el caso, se vendieron juntas al mismo merchandising.
     
No es necesario repasar a Dostoievsky para saber que los engendradores de los socialistas son los liberales, y que entre demonios no hay grandes cornadas, aunque suelen darse con las astas para llegar primero a la misma presa.
   
Por eso es escandalosamente cínica la queja kirchnerista contra los monopolios periodísticos y financieros: no otra cosa son ellos. Y es escandalosamente cínica la queja liberal sobre la presunta ausencia de la libertad de expresión; porque ella abunda, contamina y atosiga, conforme se lo enseñaron e impusieron los diablos mayores a sus propios acólitos, así fueran un poco insolentones. Las “corporaciones” de las que se lamentan los Kirchner, ellos mismos las fabrican y conforman, indecentemente. Las libertades cercenadas de las que se quejan sus opositores, no son los frutos de la Verdad, conforme al Evangelio, que esos sí están arrancados. Son los beneficios para seguir negociando con hartura.
      
El segundo “descubrimiento” kirchnerista es el del periodismo militante. El cual, al parecer, debe preferirse incondicionalmente frente al que practica el resto del género humano. Preferirse, autopremiarse y ponderarse sin par.
    
Tampoco esta vaina servirá para amedrentarnos. Nacionalismo y periodismo militante son sinónimos, y quien quiera hallar testimonios de nuestro repudio a los grandes medios —posen de neutros sin serlo, o de voceros explícitos de cualquier facción— los hallará con generosa abundancia.
    
Nunca preferimos ni ponderamos la pseudoequidad, y nunca la hallamos ni la pedimos tampoco en la vereda de enfrente. Porque no ha habido ni hay peor ecuanimidad que la de los profesionales de la asepsia, así como no hay mejores elogios y alicientes que los repudios de los enemigos. Hace poco, por caso, en el nº 674 del 2 de junio, la revista oficialista “Veintitrés” (¡cómo les gustan los número$$ a los kirchneristas!), recordaba una tapa de “Cabildo” del año 1983, llamándonos “la derecha retrógrada y ultramontana”. Qué alivio. Creíamos que nos tenían olvidados.
     
Pero aquí también, como en el caso anterior, el cinismo campea chuecamente  y la hipocresía lo domina todo. Porque la declamada militancia kirchnerista no es tal, ni remotísimamente hablando. Es oficialismo rentado, ventajoso, comodón y muelle. Es política de Estado, con dispensiosos subsidios, anchos sueldos y agentes de seguridad para velar por sus regadas asentaderas. Falsos militantes sin riesgos ni hazañas, y a faltriqueras llenas, estos periodistas e intelectuales “K”, son la contracara de lo que alguna vez se pudo reconocer con respeto, de un lado y del otro, como compromiso político épicamente asumido. Burgueses repletos e ignorantes: no pasan de allí.
       
Sépase algo; o recuérdelo el bien intencionado. En octubre de 1986, “Cabildo” sacó su Cuaderno nº 2, titulado “Mil días de periodismo subversivo”. Era el mismo un minucioso trabajo de investigación de las redes periodísticas, liberales y marxistas, al servicio del caos. Un elaborado informe archivístico desenmascarando militantemente la acción monopólica y corporativa del periodismo de los ruines. En la misma línea del sinfín de fortísimas denuncias publicadas durante los años setenta contra los negociados de Graiver, Martínez de Hoz  y sus múltiples socios políticos.
   
Y bien, adivine el lector de qué medios procedían, o en qué medios —además de los propios que fabricaban al rolete— trabajaban esos periodistas explícitamente enrolados en las mismísimas lineas ideológicas que hoy defienden “los Kirchner”. Pues exactamente en los medios a los que ahora apuntan su índice para sindicarlos como cómplices del Proceso. Adivine qué antecedentes laborales y profesionales  exhibían los directivos, colaboradores, columnistas, corresponsales y personal técnico y administrativo de este protokirchnerismo multimediático. Pues todos ellos habían estado o estaban ligados a idénticos aparatos empresariales e ideológicos a los que al presente sindican de cómplices del “genocidio”, de la apropiación de nietos y otros cargos similares.
   
Adivine el lector algo más.  ¿Quiénes fueron los que nos cubrieron de querellas, acciones legales, agravios, persecuciones, amenazas y dicterios por el pecado de leso periodismo militante al servicio de la Nación? Sí, claro; los que hoy se llenan la boca blasonando de la militancia periodística como la única alternativa válida para tomar una pluma. Si hubiera espacio aquí, la larguísima reproducción de la nómina haría caer de bruces a unos cuantos. Coinciden los nombres, los tópicos, los embustes, los fraudes, las caras, las estafas y las maniobras ignominiosas.
    
Hay un tercer “descubrimiento” oficialista, pero quedará su consideración para otra vuelta. Y es aquel según el cual, Michel Foucault o Jacques Derrida fueron dos kirchneristas; del conurbano el uno, santacruceño el otro, que le entregaron al gobierno una especie de saber iniciático para el perfecto dominio del análisis del discurso. Algo así como Milanesas y Constructivismo para todos. De resultas, seis, siete u ocho patanes puestos a desnudar las incongruencias e imbecilidades de la clase política nativa; esto es, de la mierda, sicut dixit el stil nuovo del cabezón Duhalde, son autoconsiderados como próceres de la semiótica o genios temibles, sólo doblegados por Ercilia Sabajanes o Beatriz Sarlo, cuña de su mismo palo, palo del mismo gallinero y gallina de la misma pipirijaina.
  
Es que en el lodazal kirchnerista, si se nos perdona el porteñismo, sucede lo que vaticinaba el maestro Celedonio Flores: “cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”.
    
Antonio Caponnetto
        

lunes, 29 de agosto de 2011

Mirando pasar los hechos

SILENCIOS ELOCUENTES
     
¿Por qué te callas?
         
Como un eco adecuado de la frase feliz que dijera el monarca del Reino Socialista, resuena la admonición: ¡Por qué te callas… frente al burdo fraude! Por qué te callas remontando la trampa de hoy, con igual descuido de todo esto:
    
— El escándalo de la defraudación a multitudes indigentes desde la Fundación Madres de Plaza de Mayo y Cía.;
    
— el escándalo del rockero liberal e ignorante, propuesto como Vicepresidente de la República;
    
— el escándalo de oírlo cantar “Montoneros patria o muerte, para la liberación” embolsando millones de  dólares;
    
— el escándalo de los Prostíbulos cortesanos y los homenajes por presunción de inocencia frente a las evidencias;
    
— el escándalo de los enriquecimientos ilícitos archivados;
    
— el escándalo de los terroristas encumbrados y los antiterroristas cautivos hasta la muerte en mazmorras especializadas;
    
— el escándalo de la estafa continuada desde la ANSES a los ancianos desvalidos;
    
— el escándalo del “Fútbol Para Todos”, de los “Planes Trabajar”, las “licitaciones”, el Inadi, las tierras de Calafate, las valijas dolarizadas, los jueces ambiguos y venales, los “crímenes perfectos” de la mafia, el garantismo para los asesinos: sobre todo reincidentes;
    
— el escándalo de la riqueza presidencial y su entorno;
       
— el escándalo de los 600 millones de dólares santacruceños esfumados impunemente;
      
— el escándalo del oro hundido y fugado a la rastra del remolcador extranjero;
    
— el escándalo de las explotaciones mineras incontroladas a cielo abierto;
    
— el escándalo de los mares abandonados y la pesca a merced de los depredadores foráneos;
    
— el escándalo del petróleo y el gas desperdiciados;
    
— el escándalo de las fronteras abandonadas y vulneradas;
    
— el escándalo de cielos desguarnecidos y radares miopes;
    
— el escándalo de las víctimas desarmadas en manos de convictos pertrechados;
    
— el escándalo de la Educación amoral;
    
— el escándalo de la miseria generalizada;
    
— el escándalo de la televisión perversa;
    
— el escándalo de las usurpaciones licuadas en “tomas”;
    
— el escándalo de la promoción presidencial de la Villa Miseria 31;
    
— el escándalo de las fuerzas paramilitares y la aniquilación de las Fuerzas Armadas;
    
— el escándalo de la droga en auge;
    
— el escándalo de la degradación policial y la desnaturalización de la Gendarmería;
    
— el escándalo del “matrimonio igualitario”;
    
— el escándalo del homenaje al preservativo cubriendo el obelisco de la Ciudad Autónoma;
    
— el escándalo de la bandera tucumana eliminada por figurar una Cruz;
    
— el escándalo de la supresión de la enseñanza religiosa en Catamarca, por instancia de la DAIA;
    
— el escándalo de la destitución del Obispo castrense;
    
— el escándalo de las exposiciones “artísticas” sacrílegas promovidas oficialmente;
    
— El gran escándalo de que estos y otros escándalos demoledores acaban por no escandalizar…
                   

Casimiro Conasco
Agosto de 2011
         

domingo, 28 de agosto de 2011

Réplicas


 LAS FALACIAS DE ROBERTO AZARETTO SOBRE LA VUELTA DE OBLIGADO

En el Nº 45 de la revista “La Fundación Cultural”, se publicó un articulo titulado “La batalla de la Vuelta de Obligado y la supremacía porteña”. Su autor, el recientemente incorporado a la Academia Argentina de Historia, Roberto Azaretto, tiene editados varios libros; entre los cuales se destacan “Historia de las fuerzas conservadoras”; “Ni década, ni infame” y  “Federico Pinedo, político y economista”. Obras estas que, por sus títulos nomás, nos dan una idea del pensamiento político de dicho escritor y de la escuela historiográfica a la que adhiere.
En efecto, Azaretto es un historiador tributario de la llamada Historia Oficial. Aunque a decir verdad trata de disimular su filiación siguiendo la línea inaugurada por Emilio Ravigniani con su Nueva Escuela Histórica. Es decir,  toma distancia de los liberales mas extremos y de la historiografía canónica que nos legara Mitre, Levene y compañía, sin dejar de lado su ideología y su aversión por el revisionismo.
Esta estrategia, que le permite a los autores liberales pretender ser mas ecuánimes, honestos y abiertos, los habilita también para abordar temas que hoy por hoy resultan imposible seguir ocultando. La trampa esta en que al hacerlo conservan intacto el mismo enfoque antinacional de siempre; por lo que en definitiva la postura es la misma, solo que matizada y camuflada.
Ciertamente, en estos relatos ya no campean las mentiras más groseras de antaño, ni el odio desembozado a la figura de Rosas; no obstante ello la historia que se nos cuenta sigue estando al servicio de intereses foráneos y partidarios ajenos al bien de la Nación.
Y es que el eje de esta historiografía se ha desplazado. Ya no descansa tanto sobre el ocultamiento o falseamiento de los hechos, sino más bien sobre los sofismas y los razonamientos falaces. Es decir –y hablando más “científicamente”- las falencias más notorias que ahora exhiben son más de índole hermenéutico que heurístico.
Conforme a ello, el autor que comentamos, puesto en el brete de hablar sobre un tema que es “caballito de batalla” del Revisionismo Histórico, recurre al ardid de minimizar su importancia y hacer una interpretación falaz que no resiste el menor análisis lógico ni  historiográfico.
Así entonces, en el articulo de marras, Azaretto nos advierte que “comparar, como lo hace Pacho O Donnell, los sucesos de 1845 con la gesta de San Martín y el cruce de los Andes es ridículo”. Es mas,  considera que la decisión de Rosas de hacer frente a las incursiones extranjeras fue un “disparate”, y que el general Mansilla solo aceptó ponerse al mando de las tropas de la Confederación por “el gran amor a su esposa”; Agustina Rosas, la hermana menor del Restaurador.
Para mayores antecedentes agrega que Rosas ya había demostrado su “ineptitud” militar cuando hizo la campaña al desierto, pues en la misma “solo se cumplió la parte que le interesó a su provincia, dejando a las provincias cuyanas y a Córdoba con la indiada amenazando las estancias y poblados como antes.”
Luego -y dejando de lado estos detalles menores-, Azaretto pasa a lo que más les importa a los liberales, es decir, a cuestionar la política económica que llevó adelante don Juan Manuel.
Así sostiene que Rosas “montó un aparato militar para someter a los pueblos del interior a la hegemonía porteña, financiado con las rentas del monopolio portuario porteño”, y que  “La famosa Ley de Aduana no tuvo efectos en el interior y los aportes a las provincias fueron mezquinos…”
Fundamentando su concepción económica afirma que el progreso requiere la apertura de los mercados y la incorporación del mundo a la producción”; y se pregunta si ¿es nacional prohibirle a las provincias que utilicen sus puertos para exportar e importar sus productos?
Finalmente, y para rematar su crítica afirma maliciosamente que los intereses del Restaurador “están vinculados a los ingleses” y que “en su momento negoció el pago de la deuda por territorio, ofreciendo el reconocimiento de la soberanía inglesa en las Malvinas a cambio de la cancelación del empréstito contraído con Barings Brothers”.
Con las citas hasta aquí transcriptas basta ya para mostrar que este artículo no es más que una repetición de los viejos lugares comunes del antirosismo,  y de los caducos sofismas del liberalismo; más algún otro de renovado cuño. En consecuencia todo lo dicho ya fue refutado prolijamente por los historiadores revisionistas. No obstante ello, y a riesgo de ser tediosos, digamos lo siguiente:
En primer lugar, no nos sorprende para nada que el autor, al igual que todos los adalides de la “Civilización” y el “Progreso”, insista en hacernos creer que la acción del imperialismo -que se encubre con el eufemismo de la apertura al mundo-, es en realidad una influencia benéfica para nuestra Patria; lo que si indigna es que se sugiera que la defensa de la soberanía que llevó adelante el Ilustre Restaurador fuera en realidad una impostura, atento a que este tenia negocios con las potencias en cuestión. Incalificable acusación formulada en contra un hombre que no solo no se enriqueció en la función publica sino que por el contrario se empobreció merced a ella. Ejemplos de cómo sacrificó su peculio por el Bien Común los hay a montones; aunque la mentalidad crematística y egoísta de los liberales no los comprenda.
Para colmo Azaretto -en una concesión al marxismo- pretende adscribir a Rosas a la oligarquía; entendiendo por oligarquía a la clase terrateniente; sin percibir que la oligarquía mas que una clase social, es un estado espiritual y mental producto de la adhesión a una ideología antinacional, que trae consecuencias de distinta índole.
Además no se entiende como desde el liberalismo se puede criticar las negociaciones por el pago de la deuda externa, cuando son sus representantes los principales gestores del sometimiento a la usura internacional. Por otro lado, si bien Rosas se ocupó del tema, sin embargo no pagó un solo peso a los usureros y es bien sabido que la oferta de vender las islas Malvinas era al solo efecto de que el usurpador reconociera que no era el legitimo propietario de ese territorio irredento.
La otra cuestión, es decir, la del supuesto sometimiento de las provincias al gobierno porteño, realmente es antojadiza. Rosas, a diferencia de los unitarios y los liberales, siempre respetó las autonomías provinciales y nunca impuso por la fuerza gobernadores ilegítimos que le  fueran adictos. Si así hubiera obrado, los pueblos del interior no lo habrían respaldado cuando se enfrentó a la agresión externa. Actitud esta que no solo se explica por el patriotismo de aquello hombres sino también por que la política proteccionista de Rosas con su ley de aduanas les garantizaba la prosperidad económica.
Además el Restaurador permitió a las provincias que  manejen sus propias economías, que recauden sus propios impuestos, y  que dispongan de sus propios recursos financieros; acudiendo en su ayuda cada vez que fuera menester. Todo ello en armonía con el Bien Común de la nación; al cual también se subordinaban los intereses legítimos de la provincia de Buenos Aires; no como los unitarios que aprovecharon los recursos aduaneros en exclusivo provecho propio.
Pero yendo a la hipótesis del articulo, es decir, a la peregrina idea de que la batalla de Vuelta de Obligado carece de importancia alguna; seamos honestos, no es Pacho O Donnell quien compara este hecho histórico con la gesta de San Martín; es el propio San Martín quien lo hace cuando en carta a Guido expresa que dicha contienda es “de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de España”, manifestando además su deseo de ponerse al servicio de la Confederación que presidía don Juan Manuel.
Y esto lo sabe cualquier aficionado a la historia desde que el revisionismo difundió sus hallazgos historiográficos. Y decimos desde entonces por que no es como dice Azaretto que siempre se enseñó en las aulas la batalla de Vuelta de Obligado; eso es falso, nunca –antes del accionar revisionista- escolar alguno escuchó hablar de aquella gesta y de su valor; por el contrario solo se les inculcó dogmáticamente una retahíla de mentiras sobre aquella época gloriosa.
Sin embargo este autor, en su afán de escamotear meritos a Rosas aborda el tema obviando la postura que nuestro máximo héroe, el gral. San Martín, tenía al respecto. Es mas tiene la osadía de calificar de disparate a la decisión de hacer la guerra al invasor. Da la impresión que ignora que la política y la guerra van de la mano, parece que desconoce el viejo axioma según el cual la guerra es la continuación de la política por otros medios. Si su hermenéutica fuera correcta comprendería que la decisión guerrera del Restaurador, en el marco de su estrategia política, fue acertadísima.
Pero claro, el animus injuriandi  nubla la visión. Por eso pretende abonar su falacia trayendo a colación una supuesta ineptitud de Rosas, demostrada ya en  ocasión de organizar la Campaña al Desierto. Como si no fuera sabido que aquella empresa tan necesaria, en la que don Juan Manuel puso tanto esfuerzo, quedó incompleta no por su culpa sino por el sabotaje de sus enemigos políticos.
Y de esta crítica denigratoria no se salva ni el bravo Mansilla. Azaretto lo hace marchar a la guerra por “obediencia debida” a su esposa, cual si fuera un pobre “varón domado”. Por poco no dice que la vibrante arenga que este pronunció al comenzar la batalla se la obligaron a decir.
A estos extremos se llega en el afán de ocultar que la batalla de Obligado marca un hito en el empeño de los argentinos de ser una nación soberana.
Y aunque el resultado final de aquella gesta demuestra que el plan de Rosas fue un éxito, nuestro historiador liberal no se amedrenta y atribuye el fracaso de la expedición pirata a otras causas. Sostiene que se debió a las dificultades en la navegación del Paraná, “pues es un río sin obras de dragado ni señalización”, y a que las poblaciones tenían “poco poder de compra”. Concluyendo  que la batalla fue “un derroche de heroísmo”, es decir que se luchó al cuete, igual que en Malvinas, esa aventura absurda  hija del nacionalismo fascista, según sus palabras.
Y aquí mostró ya la hilacha Azaretto. Efectivamente, como se sabe impugnado y refutado de antemano arremete contra el revisionismo con el gastado pero siempre efectivo recurso de vincularlo al nacionalismo fascista. Y así dice que “el crimen del viejo revisionismo es que dio sustento intelectual a las corrientes antidemocraticas, pro militaristas y clericales que admiraban a países atrasados como la España y el Portugal de Franco y Salazar”.
Ya Antonio Caponnetto en su monumental obra “Los críticos del revisionismo histórico” refutó magistralmente este lugar común, así como todas las acusaciones que lanzaron los enemigos del revisionismo; y probó mas allá de toda duda que el revisionismo histórico argentino no necesariamente se identifica con el nacionalismo, y menos con el fascismo, el cual es anterior e independiente a el.
Además el nacionalismo católico jamás se manifestó contrario a la verdadera libertad, o a la forma republicana de gobierno. Nunca apostó al totalitarismo, y ni siquiera de la dictadura como forma permanente de gobierno. Todo esto debería saber Azaretto si conociera los textos de los autores revisionistas o al menos si se hubiera tomado el trabajo de leer la silenciada obra de Caponnetto.
Pero no queremos terminar estas líneas con un autor favorable sino con uno más del agrado de los liberales que sorpresivamente hecha por tierra las pretensiones escamoteadoras de la verdad histórica de la Historia Oficial, cosa que Azaretto niega. El mismo Juan Bautista Alberdi en sus “Escritos Póstumos”, dirá: “En nombre de la libertad y con pretensiones de servirla, nuestros liberales, Mitre, Sarmiento o Cía, han establecido un despotismo turco en la historia, en la política abstracta, en la leyenda, en la biografía de los argentinos. Sobre la Revolución de Mayo, sobre la guerra de la independencia, sobre sus batallas, sobre sus guerras, ellos tienen un alcorán que es de ley aceptar, creer, profesar, so pena de excomunión por el crimen de barbarie y caudillaje”. Y ese despotismo turco en nuestra historia aun sigue vigente.

Edgardo Atilio Moreno

jueves, 25 de agosto de 2011

Mirando pasar los hechos

SCHOKLENDER SE ESCRIBE CON K
       
        
LA COMPLICIDAD DEL ESTADO
        
Al revolver viejos papeles, apareció una nota de “ABC” (Madrid) —13 de febrero de 2007— donde quedaría sentado que la distancia ayuda a investigar.  Y que a la inversa, aquí de cerca, no se ha visto nada.   El artículo trata de “Negocios oscuros al amparo del Poder en la Argentina de Kirchner, a cargo del Grupo «Bonafini»”.  Anticipando que la investigación periodística pone en duda algunos negocios de funcionarios del kirchnerismo, acostumbrados a llevarse todo por delante, desde las leyes a las personas, ingresando a su cuenta ingentes sumas de dinero.   Y subtitula: “Negocios del protegido de las Madres, Sergio Schoklender en la Ciudad Oculta de Buenos Aires, Argentina que están bien ocultos”.
    
Recuerda que todos los viernes, va al Banco Ciudad de Buenos Aires Sergio Schoklender, gerente de varios “emprendimientos”.  De allí retira en efectivo $ 100.000 (cien mil pesos).  Ocupa un auto y maneja él, portando un arma de grueso calibre tipo de guerra y custodiado por tres policías de civil, pertenecientes al Departamento Adicionales, División Custodia u otros Departamentos según lo disponga el Señor Jefe con la anuencia del Señor Ministro del Interior.  El cronista pregunta: ¿De dónde provienen los fondos que maneja semanalmente el Sr. Schoklender?  Porque hay una disposición del Banco Central y del Ministerio de Economía que todo pago de más de $10.000, se debe hacer con cheque.  Y sigue entre otras cosas: ¿Qué es el “emprendimiento” que se está realizando en la Ciudad Oculta?  ¿Por qué no se habla de ello o los noticieros de los canales amigos no lo dan a conocer?  ¿El Sr. Sergio Schoklender tiene permiso de “tenencia y portación de arma de guerra” otorgado por el RENAR?
      
Por lo visto, el detective de “ABC” ha sido mucho más perspicaz que los funcionarios locales y las Madres de Plaza de Mayo, que aparentan no haber advertido nada, ni siquiera las enormidades que están saliendo a la luz, hasta llegar a desfalcos supermillonarios, que tienen en vilo al Gobierno y en asco a la sociedad entera.  Debe quedar aclarado pues, que el asunto excede en mucho la autoría exclusiva de Schoklender, resultando oportuno recordar algunas actividades del condenado a cadena perpetua, tan espectaculares que ni ciegos ni analfabetos ni opas, que convivían con él, pudieron ignorarlo.  Lo cual demuestra desde el vamos que a ninguno de ellos le inquietaba el acompañamiento y el usufructo de los negocios en común.

                                             
CÁTEDRA DE DELINCUENCIA
      

Al revolver viejos recuerdos, viene a la memoria que el ex preso contaba entre sus debilidades la afición a la cátedra.  No solamente en la “Universidad” de las Madres de Plaza de Mayo, sino con alocuciones diversas, como las que se oían por una radio especial para los presos.  Por ejemplo aquella disertación sobre “El derecho a la violencia”, en la que dijo: “el gran desafío que tenemos es cómo hacer para lograr que ese delito común, que esa violencia callejera, que esa violencia social, se transforme en violencia revolucionaria, partiendo de la base de que por las buenas no vamos a ganar nada”.  Para continuar afirmando que “la experiencia de América latina —del mundo, pero de América latina es lo que más conozco— de los últimos diez años, demuestra que sólo aquellas organizaciones y movimientos que han podido transformar la violencia social en violencia revolucionaria.  El ejemplo más importante es de las FARC en Colombia […] Nosotros tenemos que lograr transformar esa violencia individual en una violencia organizada.  Tenemos que poder darle coherencia y organización a todos los estallidos sociales, no sólo al robo”.
      
Como no era suficiente lo dicho, en la segunda parte de su disertación, el maestro habría afirmado: “En cierta medida, todos aquellos que estamos privados de libertad, no todos pero la mayoría, los que supuestamente estamos por una causa violenta, somos luchadores […] Hoy la trinchera sigue estando, ya no están los subversivos, ahora estamos los delincuentes.  Todo el aparato que sigue intacto de la dictadura, porque sigue intacto, hoy se está utilizando para reprimir a la delincuencia.  Y los únicos que estamos levantándonos en contra de este régimen hijo de puta somos los delincuentes”.
              
HACETE AMIGO DEL JUEZ


Entretanto un voluminoso bulto inhumano, emblema galardonado de los “derechos humanos”, pialada, según nos quiere hacer creer, por los turbios manejos de la Fundición, se ha puesto a vociferar contra su engendro putativo, sin mezquinar algún elogio al juez más reputado —de célebres bailes entre fallo o falla— a cargo casualmente de la averiguación del escándalo.
        
Seguramente el halago brindado premiaba la paciencia del magistrado, que en lugar de allanar de entrada la Fundación y secuestrar los libros contables, permitió que las Madres llevasen esos documentos al tribunal.  Y la entidad, en vez de cumplir, denunció que le habían robado los documentos induciendo al juez a hacer un allanamiento inapropiado (“La Nación”, 16 de junio de 2011).
      
Por lo demás, es de creer que la líder humanitaria se sentiría estimulada, al observar los ingentes procedimientos judiciales que indefectiblemente llenaran armarios, baúles, cajones, carpetas, portafolios, biblioratos, expedientes, computadoras, discos rígidos, archivos, mails y demás elementos de indispensable convicción.  Cuya diligente lectura sin llegar a la semiplena prueba de alguna infracción, tal vez ocupe todo el tiempo exigido por el riguroso final de estilo: la nada.
          
En estos casos la prescripción “ad pedem litteræ”, como dirían —hartos— los litigantes romanos en tramos oscuros de la República.  Por ahora, como es sabido y merced a la disciplinada asepsia de los medios sumisos, todo consiste para la gilada en un “desvío de fondos”; inocente figura de tránsito vehicular, difícil de encajar en los códigos aplicables al Sumo Poder absoluto y democrático.
        
Mirándolo bien y conociendo harta jurisprudencia, verdaderamente es incomprensible tanto escándalo por tanta pavada, como sentenciara el impávido y sagaz ministrillo.  Hasta que se encuentre —por ejemplo— algún pobre operario de limpieza, cayéndole con todo, para que pague el precio de la ley.

BOUDOUDECES


Dicen que el shock es una afección potencialmente mortal que requiere tratamiento inmediato y puede empeorar muy rápidamente.
       
No obstante, aunque parezca rebuscamiento, la variante del shock —Shocklender— es capaz de aportar grandes servicios a la salud pública.  Al arrancar de un manotazo el telón encubridor, retratando como símbolo perfecto a la ultra delincuencia usufructuante del Poder.  Aquello que motivara el viejo anhelo popular “que se vayan todos”.  Incluso el último “descubrimiento” de siderales peculados y estafas que envuelven al súper parricida —junto a la Fundación maternal que patrocina y a etcéteras del Gobierno— ilumina el siniestro modelo K mientras lo sigue plebiscitando la encuestocracia.
         
Cuadro ratificado por el efebo-Boudou a cargo de la Economía, al respaldar en la ESMA-MUSEO y COCINA, a la propulsora de la empresa Derechos Humanos S.A. y administradora de la Fundación Madres de la Plaza de Mayo S.R.L.: “Vos” —dijo el Vudú— “pese a cualquier circunstancia personal, te pusiste al frente de las cosas.  Y cuando se hablan pavadas es cuando más cerca tenemos que estar.  ¡Hebe es parte de las figuras que queremos que nos representen!”, proclamó.

ELOGIOS DE LA LOCURA


Un ilustre penalista colocaba en la cumbre delictiva —como “loco moral”— al asesino que excediera en mucho la maldad común.  Algo peor que el criminal nato, capaz de cometer delitos horribles, en la elección de las víctimas —por ejemplo sus padres— por su alevosía y la utilización de medios repugnantes para la generalidad de los criminales.  En tal sentido el país, tantas veces a la cabeza de hechos extraordinarios, también ha batido un record desconocido en toda la historia.  Permitiéndole aportar a la escuela penal un elemento adicional: “loco moral y virtual”.  Con fuerza para producir efectos impensables.
       
Pero estas reflexiones no intentan enfocar solamente al titular del prontuario escalofriante (único “pato de la boda”).  Porque todavía más insólita ha sido, si cabe, la locura de la justicia local.  Al dejar libre a un asesino condenado a prisión perpetua, previo otorgamiento del elogioso título de abogado que lo equipara en dignidad a sus jueces.  Hasta quedar habilitado, como experto parricida, para el patrocinio de las Madres de la Plaza de Mayo titulares de la Fundación ahora excluida del banquillo mediático.  Como también le permite liderar la lucha por “los Derechos Humanos”, persiguiendo a los combatientes contra el terrorismo.  Hasta acompañar con su autoridad moral, el reclamo ante la Corte Suprema de Justicia contra los indultos concedidos a los represores genocidas… y sin perjuicio de exigir un trato bien severo para un anciano general preso.

LOS FRUTOS DEL GARANTISMO


Cabalgando por los ondulantes caminos del Derecho Garantista, el libérrimo convicto ha salteado cualquier obstáculo que amenace su incondicional libertad condicional.  Además de realizar costosos viajes por regiones cercanas y remotas, con sus aviones o su yate, consiguió emprender negocios que en algún caso lo beneficiaron con una oportuna quiebra, zafando también de cheques sin fondos.  Hasta obtener una fortuna colosal no registrada por ninguna lente impositiva.  Estuvo tal vez al borde del shock, cuando descubrieron que manejaba un auto robado.  Pero un minucioso juez, famoso por el secuestro de novelas “nazis”, le preservó la libertad por falta de mérito.  En fin, requerido para altos rumbos, no pudo frenar sus ímpetus, llegando a señorear la Universidad (sic) Madres de la Plaza de Mayo; también acompañando emprendimientos edilicios, con dineros públicos cuantiosos, que ahora están rozando su comodidad y el benemérito nombre de la Fundación epónima.  Escollo que lo obliga a aparecer airosamente —como un auténtico “self made man” millonario— en todos los medios facilitados para ostentar su inocencia perpetua a prueba de cualquier delito.

EMBLEMA DEL MODELO K


¿Hay algo peor que la asociación ilícita para cometer delitos?  Por supuesto que sí: la asociación legal para cometer ilícitos impunemente.  Amparada desde el poder; con leyes a tal fin y por jueces entregados a prevaricaciones parejas con desviaciones ostentosas e ignorancias supinas.
       
Es lo que está ocurriendo en este desgraciado territorio que una vez se llamara La Argentina, respetada en todo el mundo como el ejemplo de Hispanoamérica.  País destrozado precisamente por espurios sujetos acogidos generosamente —sin límites— que se confabularon con agresores extranjeros para robarle su patrimonio y mucho más: su alma.  Adueñados del poder, la inquina arremetió contra el espíritu y la naturaleza, traduciendo su odio a lo santo con sacrilegios “artísticos” auspiciados oficialmente; y contra lo normal, enalteciendo la degeneración con el “matrimonio igualitario”; promoviendo la droga y un triste etcétera.  En este marco se entiende que dos asesinos de sus padres, hayan sido elegidos por el Gobierno para las más delicadas tareas de “beneficencia pro domo sua”.
         
Ahora, rebosando abundancia delictiva, se abrió la Caja de Pandora y brota a raudales la podredumbre.  Una inmundicia inconcebible, protagonizada por la institución emblemática del Modelo K.  Porta estandarte de los derechos humanos, a cuyo servicio sus representantes se pavonean en lujosos automóviles, yates y aviones; mientras crecen las villas miseria y el hambre.  En tanto la Primera Madre de desaparecidos-reaparecidos (según dicen, en los padrones electorales y en Europa), reparte groserías insultando a diestra (no a siniestra mano) incluso contra un Papa moribundo; solazándose por la voladura mortífera de las Torres Gemelas, sea de quien fuere su autoría criminal.  Mujer tiránica —como bien saben sus pobres servidores— que tuvo la audacia de fundar la Universidad epónima, dando títulos oficiales en las narices del Congreso.  Pero aunque parezca mentira, también hay cosas parejamente tristes.  Como la exhibición melindrosa de esclavos mediáticos, que les caen —por primera vez— a los parricidas; cuidando de no rozar “el prestigio” de las luchadoras por los derechos de la izquierda.  Más aún, uno de ellos, que presumía de escritor en la TV, llegó a comprender el acogimiento de los huérfanos parricidas, por una típica ternura maternal…

INDIGNEZ VOUS


Por eso indigna que el ministro del Interior pida a la ciudadanía “no poner en tela de juicio a una organización de tanto prestigio como las Madres de Plaza de Mayo”.  Indigna también que el requerimiento de instrucción del fiscal federal sostenga, antes de iniciada la investigación, que la organización maternal ha sido víctima de manejos de los hermanos huérfanos y de otros imputados.  Porque es preciso que tome estado público la trama que permitió durante años, la gigantesca estafa a las arcas públicas y a los sectores necesitados sin que nadie lo advirtiera o lo impidiera, tanto en la Fundación de la Madres como, principalmente, en la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, de la cual partían los fondos.
       
Los hermanos parricidas son solamente el emergente de un escándalo mucho mayor y con protagonistas de mayor peso.  Lamentablemente presentarlos como los culpables excluyentes es lo lógico para un Gobierno que, primero con Néstor K y ahora con su viuda, ha mostrado desinterés e indiferencia frente a revelaciones sobre hechos gravísimos de corrupción.
       
Teniendo en cuenta lo dicho, no llama la atención lo ocurrido en el seno de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.  Se han entregado enormes remesas de dinero sin ningún control.  Por el contrario, se envió allí a una ex funcionaria desacreditada por haberse encontrado en el baño de su despacho una inexplicable suma de dinero en efectivo.
        
Se equivoca el Gobierno, acostumbrado a la corrupción, si cree que es un caso más.  No lo es: al haber permitido la malversación de caudales públicos en perjuicio de los sectores más pobres.  Han abusado de las banderas humanitarias y se han burlado de la pobreza.
      

Juan E. Olmedo  
 

lunes, 22 de agosto de 2011

Pinceladas literarias

RETRATO DE CRESCENCIO…
Y TODOS SUS IGUALES
   
   
Las misas, rosarios, novenas y devociones de toda clase que su pía madre le obligaba a padecer diariamente provocaron en él una violenta reacción contraria: de forma que devino en descreído, y su animadversión hacia lo eclesiástico, en general, y la clerecía, en particular, dejó en mantillas los conocidos odios de su padre, el notario.
   
Cuando arañaba los quince años había madurado su carácter, cuyos rasgos fundamentales mantendría a lo largo de su vida. Era introvertido, poco hablador, pejiguero y con tales reacciones de violencia que bien podría llamársele rajabroqueles. Su cultura resultaba más bien escasa, pues llevaba malamente el bachillerato, estudiado en casa y con profesores particulares, ya que sus padres continuaban celando su salud y estimaron peligroso enviarle al instituto, ni siquiera a un colegio privado, donde podía exponerse a los más fatídicos contagios. Como tampoco le atraían las lecturas, aunque fuesen las novelas de Salgari o de Julio Verne, tan celebradas por otros a su edad, sus conocimientos resultaban mínimos. Solamente le apasionaban dos cosas: el cine y los toros. (…)
          
En definitiva, y como se habrá deducido fácilmente, Crescencio era un joven cargante, mal criado, de cortos saberes y, pese a ello, notoria suficiencia. Y absolutamente inútil. Por lo que no puede extrañar que a la hora de elegir preferencias políticas, se hiciese socialista.
   
Fernando Vizcaíno Casas
(tomado de su libro “Otoño caliente”, ed. Planeta, 1990) 
  

domingo, 21 de agosto de 2011

Mirando pasar los hechos

EL VERDADERO AFORISMO
          
Muliarquía
   
Seguramente  cuando el viejo Líder sentenció: “La única verdad es la realidad”, acaso era innecesario completar —por obvio— que “la única realidad es la falsedad”. Como ya se advertía por entonces al leer los diarios del popular régimen (casi todos los diarios prácticamente). Y ahora, con la burda maniobra comicial del Domingo último, se ha ratificado categóricamente el aserto aclaratorio.  Ya no cabe la menor duda de que hubo una falsedad colosal -otra que fraude: fraudes eran los de antes, casi pueriles- astutamente planeada por la corte que rodea a la Diva. Minuto a minuto sigue comprobándose, desde las triquiñuelas hasta la trampa más grosera. Pero el asombro de los ciudadanos conscientes rebasa lo imaginable, al enterarse de que todo el manejo de la elección —y su resultado— estuvo a cargo de la multinacional “española” INDRA. Vieja secuaz de Hugo Chávez,  adornada por varios escándalos de fraude. Y que el Gobierno cristinista la eligió por contratación directa, evitando competidores conforme a su diafanidad. Pese –afírmase- a haber sido denunciada penalmente por irregularidades en la facturación de servicios para los comicios de 2003; y acusada por la SIGEN de cometer errores alterando el escrutinio provisorio de esas elecciones. Como si esto fuera poco,  se dice que el Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, está vinculado profesionalmente al sumo juez Eugenio Zaffaroni y al socio de éste, Jacobo Grossman. En tanto el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), es Gabriel Mariotto, compañero de fórmula de Daniel Scioli… con fluidas raíces electorales.
          
Poliarquía
          
Pese a todo esto, siguen batiendo el parche sobre la arrolladora consagración presidencial; con acompañamiento de periódicos tan serios como “La Nación”. Diario magistral, que precisamente hoy (19 de agosto de 2011) rubrica una proficua voltereta publicando la nota consagratoria de la Reina Cristina o poco menos, escrita por un súbdito de “Poliarquía”. La criolla encuestadora que hace justo un año anticipaba misteriosamente el éxito cristinista, gracias a la buena política jubilatoria (con la deglución de las AFJP y los negocios de la ANSES a costa de jubilados macilentos). De donde la conclusión indefectible respalda el verdadero aforismo del Líder: LA ÚNICA REALIDAD ES LA FALSEDAD.
                                           
Casimiro Conasco
Agosto de 2011
            

viernes, 19 de agosto de 2011

¿Ministerio de Educación o Burdel?

LA REVISTA
“EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL”
  
  
Habiendo leído la revista denominada “Educación Sexual Integral. Para charlar en familia”, elaborada por el Ministerio de Educación de la Nación, con una tirada que se cuenta por millones, con destino directo a todos los hogares de la Patria, no quiero dejar de manifestarme al respecto. ¿Por qué y con qué autoridad?
  
Primero, porque aún en medio de continuos ataques a nuestra Fe, al orden natural y al sentido común, es preciso no rendirse. Y no rendirse significa un acto firme de la voluntad; pero significa asimismo no concederle nada al error, y menos aún en temas de tamaña gravedad. Si la verdad no se escucha —a veces porque directamente no se habla de ella— es preciso levantar la voz. Una vez más el silencio de los buenos aparece como un fantasma por el cual ya tanto hemos perdido.
  
Segundo, porque es necesario alertar incansablemente a las familias honradas, al padre sencillo, a la madre abnegada, al argentino bien nacido que aún guarda en su corazón, además del sentido común, el anhelo por la cotidiana crianza, hecha de plegaria y de sacrificio, de cuidados y de correcciones. Alertar, porque ya ni siquiera  son categorías teológicas o cristianas las que se han visto violadas y combatidas, sino que son los mismos principios de orden natural, las básicas afirmaciones que brotan de una esencial lógica educativa.
  
Tercero, porque es urgente e impostergable la reacción. Como se deba y como se pueda. El límite del diálogo es la verdad. La verdad tiene todos los derechos; el error, ninguno. El antagonismo y la confrontación son inevitables cuando los agraviados son el honor y la familia. Sólo un pacifismo ridículo puede creer que todo se arregla con compartir opiniones. ¡Claro que tenemos motivos para reaccionar!: el bien de la Patria, la salud moral de nuestros hijos, la fidelidad al legado de nuestros padres y abuelos.
  
Cuarto, porque como es público y masivo el error y el perjuicio, pública claro y frontal deben ser la defensa y el repudio.
  
¿Con qué autoridad? Con la autoridad que me da el solo hecho de ser católico, argentino y padre de familia, todos títulos que me honran y comprometen. Vayan estos párrafos a todos aquellos que quieren criar sana y santamente a sus hijos, a los que entienden la educación como una conducción al estado de virtud. A las familias que han buscado en los santos los modelos de inspiración, y tienen un sano desprecio por las modas, por la ordinariez y por la impudicia.
  
El tema es grave, porque quien habla de educación habla en última instancia de felicidad. Lo que aquí está en juego es la felicidad de nuestros hijos. Ese espíritu liberal que carcome la cultura y el ambiente entero, ha hecho que permanezcamos inactivos frente a las causas —cuando no ingenuos colaboradores— pero que nos quejemos y escandalicemos de sus consecuencias.
  
Esquemáticamente, conciso, ahorrando las citas textuales o la alusión a la página en cuestión, sin referencias bibliográficas (aunque podrían abundar, comenzando por el maternal magisterio de la Santa Iglesia) y en lenguaje sencillo, ¿cuáles son las principales falacias, los yerros más peligrosos, las mentiras más dañinas plasmadas en estas páginas y que es necesario denunciar a los cuatro vientos?
  
1- Cuanto más sepan [de sexo] mejor. El lema, a modo de slogan, es peligrosamente ambiguo y difuso. Las preguntas se imponen por sí mismas. Sepan ¿qué?, ¿con qué objetivo?, ¿por medio de quién?, ¿cuándo? ¿con qué orientación? No resiste el menor rigor evaluativo utilizar tal lema sin acudir inmediatamente a criterios educativos (en primer lugar) y evolutivos (en segundo lugar).
  
2- Educación sexual integral: ¿de qué integralidad hablan sin mención a la virtud, sin aludir al alma ni al dominio de la voluntad o al control de las pasiones? ¿De qué integralidad hablan si se mutila a sabiendas la dimensión sobrenatural de la gracia, sin la cual nada podemos hacer? ¿Qué entienden por “integral”, que se enseñe todo, desde colocarse el condón hasta practicar el aborto?
  
3- Conversemos con naturalidad. ¿Qué es naturalidad? ¿El estado salvaje, el vivir como los animales, el volver a las cavernas? ¿Qué es naturalidad: perder el recato, el decoro, la sutileza, la pudicia idiomática? ¿Caminar desnudo por la calle es naturalidad o promiscuidad? ¿Qué han entendido del pudor en el lenguaje, en la vestimenta o en la vivienda? ¿Hace falta aclarar que no es naturalidad  defecar en el comedor y frente a la ventana que da a la calle; que hay cosas que no se hablan más que en cierto ámbito de confianza o familiar; qué hay partes del cuerpo que deben quedar a salvo de la mirada de los otros?
  
4- Tocarse no es malo. Claro, y dar un beso tampoco. Ni llevarse algo a la boca, ni hablar ni respirar. Porque en realidad no se está diciendo nada. ¿Quién tendría el desquicio mental de plantarse frente al mundo y levantar una bandera que diga tocarme = cosa mala? Tocarse es una acción general que, podríamos decir, en sí misma es neutra. Ahora bien, tocarse como sinónimo de masturbación, de exploración hedonista del cuerpo propio o ajeno, de saqueo glandular u hormonal, eso sí que es malo. Y esto es justamente lo que propone el Ministerio de Educación. El onanismo no es parte del proceso “normal” del crecimiento. Sí lo es aprender a encauzar los impulsos, ordenar los placeres según la recta razón, y ver el cuerpo como templo del Espíritu Santo.
  
5- Métodos anticonceptivos: ¿cuándo van a decir la verdad entera? No pedimos siquiera veracidad en las conclusiones sino al menos en las premisas. ¿Son métodos anticonceptivos o abortivos?, ¿no está científicamente probado el carácter abortivo de muchos de los métodos propuestos abierta e impunemente? Lo mismo sucede con el preservativo. No le pedimos al sistema ideológico que públicamente acepte que existe la voz de la Iglesia y que expongan con realismo y honestidad los fundamentos que da el Santo Magisterio. No les pedimos que hagan la necesaria distinción entre matrimonio, relaciones prematrimoniales y simple libertinaje o promiscuidad ocasional. Ni siquiera ya les pedimos que velen por la rectitud moral de los ciudadanos. Pero aunque sea suplicamos que empiecen por lo menos advirtiendo al joven que la propuesta de pecar sin arriesgar la salud física es falaz, porque laboratorios de fama mundial han demostrado su ineficacia  para detener el virus del sida. ¿Será que la ideología no sólo va contra la fe sino también contra la evidencia científica?
  
6- Qué decir de la legitimación de la sodomía y de la perversión, puesta como una oferta más en la góndola de los placeres. O del planteo general de las relaciones sexuales con la misma superficialidad con que se ofrece una vuelta en calesita.  Y del sentido equívoco y engañoso del término discriminar.
  
7- Y finalmente —cómo no decirlo— el agravio al buen gusto y la afrenta directa al pudor en las imágenes contenidas, en particular la que indica el modo de colocación del preservativo. Como si fuera el manual de instrucciones para usar un televisor, y en lugar del control remoto publican un pene. Todo para conversar en familia, claro.
  
En síntesis, la revista es un jalón más del totalitarismo ideológico de turno, donde no hay institución natural que se salve de alguna falsificación, omisión esencial o mentira. Abunda en falacias de orden teórico y de orden práctico. Porque miente en los criterios antropológicos arrasando con las categorías clásicas de la sana educación (el relativismo a ultranza en todos los órdenes, el hedonismo como ideal de vida), pero falsifica también datos elementales de la vida cotidiana, con presupuestos falsos de nuestra niñez y juventud (al respecto, alguna vez les contaremos a los ideólogos del sexo cuáles son las preocupaciones reales de los niños de cuatro o cinco años).
  
Parece mentira pero la revista exhorta enfáticamente a que a los chicos les hablemos con la verdad.
  
Chicos, jóvenes, querida herencia de esta Patria, ¿saben cuál es la verdad?:
  
- Que hay un poder mundial anticristiano que planifica fríamente qué debemos hacer y cómo debemos pensar. Que hay intereses económicos muy fuertes, por los cuales una gran cantidad de argentinos con poder han resignado sus principios y sus amores —los que alguna vez los tuvieron—, y han traicionado su palabra y su obligación.
  
- Que en toda esta propuesta de educación sexual integral hay una ideología de fondo, demostrada prolijamente con documentos y testimonios, y que en términos generales se llama revolución anticristiana.
  
- Que el camino de la  virtud es empinado, pero es el único por el cual se llega a ser un hombre de bien.
  
- Que la felicidad es ser fiel a la verdad y vivir en ella. Y que es preferible la verdad en soledad al error en compañía.
  
- Que la Patria los necesita castos y fuertes.
  
- Que la juventud no está hecha para el placer sino para el heroísmo.
  
- Y en especial, la verdad es que Nuestro Señor Jesucristo nos dijo: En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: Yo he vencido al mundo.
  
Después de haber leído este material me pregunto: ¿cuándo van a enviar el pasquín para seres humanos, y no para chimpancés? Y la referencia al chimpancé no es tanto simpática cuanto penosa y preocupante. Porque en el chimpancé pensamos cuando —lejos de hablarle de virtud a los hombres— sólo hemos de mirarlos como a un cúmulo de instintos sin más meta que alguna discreta domesticación conductista.
  
En cuanto a los ideólogos de tamaña subversión sepan lo siguiente: este ideario lleva a la ruina de nuestra niñez y de nuestra juventud. La corrompe, la hace inepta para los bienes superiores. Son ustedes los responsables. Entre esto que han enviado y las violaciones, las perversiones de toda laya, una juventud superficial y floja, un sociedad destruida y capaz de nada, hay un paso. Es el paso de la práctica, del sólo dejar correr el tiempo sumisos al programa establecido.
  
Tanto, pero tanto, se ha acudido demagógicamente y hasta el hartazgo a los derechos de todos, sin distinciones, salvedades ni jerarquías. Pues yo también me referiré a los derechos:
  
Primero, exijo que se atienda al derecho de ejercer nuestra paternidad con honradez y decencia. Exijo que se atienda a la identidad católica de las familias. Exijo que se respete al hombre de bien. Y exijo que el Estado hable de los siguientes derechos a nuestros hijos y los propicie: a poder practicar la virtud, a comenzar la jornada con una oración, a que entiendan mientras van creciendo de la vinculación que existe entre castidad y contemplación, entre  pureza y  amor, a que ejerciten el sacrificio y la renuncia porque la Patria así lo exige.
  
No voy a plebiscitar la fe, ni el sentido común. No estoy dispuesto a negociar el pudor de mis hijos ni el legado de mis padres. No me interesa aquí ser mayoría o minoría.
  
Acá no defendemos nuestras propias miserias, que abundan; ni posamos de puritanos. Lo que está en juego es algo mucho mayor, y que por tanto nos excede.
  
Vendrán las acusaciones de siempre, en particular a la Santa Madre Iglesia: que no nos adaptamos, que somos pacatos, que somos reprimidos, que estamos en contra de la modernidad. Serán las difamaciones de siempre, fruto de la maldad, cuando no de la ignorancia. Pero en algo estamos de acuerdo: no nos adaptamos. Queremos estar en el mundo sin ser del mundo, según lo pide el mandato evangélico.
  
Atentos a la propuesta metodológica de participación y autoevaluación permanente del desempeño, propongo tres preguntas a modo de guía, tanto para docentes como para padres. Responderlas prolijamente y a tiempo. No dará puntaje para concursar mejor posicionado pero asegura otros beneficios:
  
1- ¿Qué hemos entendido del mandato de ser luz del mundo y sal de la tierra?
  
2- ¿Qué diríamos si Alguien nos reprochara que hemos dejado enfriar el amor?
  
3- ¿Cómo resuena en nuestra alma que Nuestro Señor se pregunta si a Su vuelta encontrará fe sobre la tierra?
  
Por una vez me manejaré con sus reglas de libre expresión y de observancia fundante y categórica de gustos y  placeres: la revista me ha causado repugnancia;  el modo y la metodología,  la intención oculta y  el ideario explícito, un rechazo visceral.
  
Quiero que mis hijos, ante la consigna de cuidarse, inmediatamente piensen en no pecar, en no traicionar la vocación, en no faltar al verdadero amor (y no a su parodia). Si el “cuídense” es sinónimo de colocarse un preservativo, asesorado técnicamente por la sexóloga de turno, especialista en poses y accesorios, para mantener sin riesgos el imperativo de gozar a cualquier costo, entonces nuestros lenguajes son irreconciliables.
  
Defendamos sin vergüenza la castidad y la pureza, el pudor y la virtud. Dios no nos pide la victoria, sólo salir y ser buen soldado.
   

jueves, 18 de agosto de 2011

Editorial del Nº 91

LA VACA SAGRADA
  
  
Como en una incontenible cascada de fango, varios hechos se precipitan últimamente contra el gobierno, mostrando su naturaleza inmoral y desnudando la esencial degeneración de sus protagonistas.
  
El desmadre —y valga el juego de palabras— cobró fuerza inusitada cuando ya nadie pudo ocultar que la entente Bonafini-Schoklender no era sino una de las tantas asociaciones oficiosas dedicadas a la estafa y al latrocinio. Quedará para el resarcimiento espiritual de los argentinos de bien, la imagen de los obreros congregados en Plaza de Mayo para repudiar airadamente a las Madres, espetándoles, en la misma cosa que usa por cara, a Hebe, el ilevantable insulto de ladrona. La mitología setentista de estas rondas maternales, sobre la cual el kirchnerismo construyó parte sustantiva de su poder tiránico, ya no resiste la realidad. Trabajadores explotados rodearon e insultaron a las portadoras de pañuelos blancos, mientras “policías represores” evitaban que el proletariado llegara a las manos. El Manifiesto Comunista, avergonzado, se escondía en los anaqueles de la Bilioteca Nacional.
   
Casi paralelamente, grupos perfectamente coordinados de piqueteros —a todos los cuales prohijó y alentó el oficialismo durante años, tras la divisa garantista de no criminalizar las protestas sociales— tomaban por asalto territorios jujeños, salteños y tucumanos, provocando heridos de gravedad y algún muerto, ante la incompetencia homicida de los distintos gobernadores kirchneristas que, asediados por el incómodo mundo real, ignoran qué hacer con sus esquemas ideológicos. A palos y latigazos, las presuntas fuerzas de seguridad locales intentaron vanamente contener a las nada inofensivas huestes de okupas, mientras los spots publicitarios de la Casa Rosada nos aseguraban que la inclusión social ya es todo un logro. El episodio, tan frankensteiniano como el que comentamos en el párrafo precedente, vuelve a mostrar la monstruosidad de este modelo, cuya impudicia pugna con su hipocresía, y su tiña compite con su indecencia.
  
Al fin, y para no prolongar una lista llamada a ser infinita, el nervudo Zaffaroni —juez predilecto de los K, si los hay— exhibía una faceta sorpresiva de su impenetrable curriculum, consistente la misma (amén de la capacidad almacenadora de algún penique en bancas suizas) en el mágico don de concertar casualidades múltiples. Así fue que, casualmente, de la mañana a la noche, una media docena de sus propiedades se llenó de busconas y de proxenetas, sin que el togado tuviera noticia de ello. Ni la ninfa Perséfone, por cierto, puede empalidecer tanto candor.
  
Pero para ser rigurosos en nuestro análisis, no son estas evidencias de vicios horribles y de corrupciones sin cuento lo que más nos indigna, sino las tretas inverosímiles del oficialismo para preservar de responsabilidades a Cristina Fernández de Kirchner. Suceden las peores cosas a causa de ella, pero siempre hay un “filósofo” de guardia en su tocador, o un salvaje Aníbal en el excusado, que le dicta el pretexto circunstancial. Son los campesinos destituyentes, o los citadinos asquerosos, o los medios hegemónicos, o los conjurados que hostigan.
  
Como una vaca sagrada a la que nadie puede rozar, así esté deponiendo sobre el santuario, Cristina es la causante última del sinfín de iniquidades a la vista. Pero en vez de asumirse como eficiencia del desquicio, convocará siempre a algún komisario de la intelligentzia para sostener sin rubores que se trata de una campaña de hostigamiento contra “el núcleo ético del kirchnerismo”. No es ella la máxima proterva que ejecuta una política de exasperantes iniquidades. Tampoco “Él”, a quien continúa fielmente, y que descansa impoluto en patagónica cripta. No son los tangibles hechos de perversión y los hombres concretos que los protagonizan, el problema. No. La culpa es de los agresores del núcleo ético, como farfulló el burdégano Gonzalito.
  
Tamaño nominalismo ha llegado al ridículo extremo de que los imputados se anticipan a dar a luz sus antiguas o nuevas fechorías, pero en vez de enmendarlas o de someterse al castigo correspondiente, lo hacen acusando a los hostigadores del núcleo ético de querer darlas a conocer a la brevedad. Nos avisan de haber delinquido, pero no por arrepentimiento que clama sanción, sino para que se vea cuán insidiosos son lo que, al poco tiempo, darán a conocer la noticia. Este es justamente el famoso núcleo ético del kirchnerismo: la falta absoluta de una ética privada y pública fundada en las virtudes. La ausencia de todo decoro, de toda justicia, de toda veracidad, de todo honor, de toda grandeza. La deyección hecha política. La purulenta secreción de las almas rencorosas, con palabras de Ortega. La fecalidad, si se nos permite el eufemismo.
  

Que tengan cuidado los sofistas de Carta Abierta con la teoría de la vaca sagrada. Puede durar un tiempito. Pero no estamos en la India, y a más de una res y un mulo la sociedad argentina los carneó para el proverbial asadito gaucho.
  
Antonio Caponnetto
  

martes, 16 de agosto de 2011

Ayudamemoria

LA PRESIDENTA Y EL DÓLAR
    
   
El 18 de julio, en un discurso pronunciado en la Bolsa de Comercio,  la presidenta Cristina Fernández afirmó que era necesario: “convencer a los argentinos de que no hay que apostar al dólar, sino a las empresas instaladas en el país”. Para los argentinos, siempre necesitados de ejercitar la memoria, especialmente con este gobierno, recordamos algunos ejemplos de la coherencia de la actual administración que hace un verdadero culto al dicho haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
    
En el 2008 el ex presidente, Néstor Kirchner compró entre los días 9, 15 y 23 de octubre 1.990.999,80 dólares. De acuerdo a las declaraciones del ex titular del Banco Central, Guillermo Redrado, el difunto mandatario lo presionó durante varios días con el fin de que la entidad que presidía permitiera el aumento del precio de la moneda estadounidense.
      
El precio del dólar en esos momentos era de 3,25 pesos y el ex presidente quería que fuera llevado mediante la intervención del Banco Central a 3,50 pesos, todo esto por supuesto una vez que el matrimonio presidencial comprara los dólares. Si bien el dólar no subió ese precio, al parecer por la negativa de Redrado, acción que le costó el puesto, este subió a 3,32 pesos. Durante las fechas referidas fueron comprados los dólares, no se sabe qué cantidad cada día y el precio fue variando, lo cierto es que por esta operación los Kirchner ganaron entre 90.000 y 140.000 dólares.
      
Este dinero sirvió para la compra de un hotel de cuatro estrellas perteneciente a la empresa Hotesur por el que los Kirchner pagaron 4.900.000 dólares. Se trata del Hotel Alto Calafate de 103 habitaciones. Entre los integrantes de su directorio, previo a la compra por parte N. Kirchner, figuraba Romina Mercado, hija de Alicia Kirchner.
     
Parte del patrimonio declarado por los Kirchner proviene justamente de operaciones de compra-venta de inmuebles y de compra-venta de moneda extranjera con la que han especulado con el aumento de su valor.
         
Recordemos que en el 2008 se realizaron varias denuncias por enriquecimiento ilícito contra el matrimonio presidencial. La investigación de las mismas, casualmente, estuvo a cargo del polifuncional y varonil juez Norberto Oyarbide quien en tiempo récord los sobreseyó a pesar de la gran cantidad de irregularidades existentes en la documentación presentada por los acusados.
        
Recordemos también que en plena crisis económica del 2001 el gobierno de la provincia de Santa Cruz presidido por Néstor Kirchner sacó del país 500 millones de dólares cuyo destino es todavía hoy en día incierto.
    
Guillermo Calvo
  

lunes, 15 de agosto de 2011

Aviso

LEA Y DIFUNDA
     

     
POR LA NACIÓN
CONTRA EL CAOS