martes, 10 de mayo de 2011

Históricas

DE HEREJES
Y CONSPIRADORES
       
     
PREMONICIÓN
  
Decía Marcelino Salaya en 1960: “República, democracia, parlamentarismo, laicismo en la enseñanza, persecución contra curas y frailes, supresión de símbolos religiosos, destitución de funcionarios desafectados, embrutecimiento de las masas en nombre de la cultura, atentados contra la libertad en nombre de la libertad, ansias de dominación y enriquecimiento de los predicadores de la igualdad, y la fraternidad prostituida y reducida a un plebeyismo soez”. ¿Le suena?
  
Y continuaba: “…la misma resistencia a tender los brazos en cruz en actitud penitente para expiar las risas alegres con que hemos venido tomando a chirigota cómodamente las falsedades, las utopías, las bajezas y la saña de los que, sin nada nuevo que ofrecernos para arreglar al mundo, reproducen constantemente los engaños arcaicos que como principios renovadores han utilizado para embaucar a los papanatas de todos los tiempos y todas las latitudes”.
     

          
EL SINDICALISTA HANS
  
Bien, pudimos leer en “La Nación” del 19 de abril del año pasado, los dichos del Sr. Hans Küng, profesor emérito de teología ecuménica de la Universidad de Tubingen, reclamando las oportunidades perdidas por S.S. Benedicto XVI en cuestiones como, por ejemplo, la de la “reconciliación con los pueblos indígenas de América Latina” (tal vez por no apoyar el movimiento impulsado desde Bristol por el Mapuche International Link - MIL). También la de ayudar a los pueblos de África en su lucha contra el SIDA (seguramente por poner su confianza en la prevención del mismo con la prédica de una conducta moral).
  
El Sr. Küng presenta a los obispos seis propuestas explícitamente reformistas, después de aclarar que “no es mi intención desarrollar un programa de reforma”. Una de ellas insinúa de modo casi directo el reemplazo de la autoridad vertical de Pedro por la autoridad horizontal colegiada, olvidando lo que se lee en Juan 21, 27: “Díjole Jesús a Pedro: Apacienta a mis ovejas”. A Pedro, no a un sindicato de trabajadores del clero, pues no podía ser voluntad del Señor trasformar Su Iglesia, Su Cuerpo Místico, en un comité de barrio.
  
Hilaire Belloc definía a la herejía como “la dislocación de alguna construcción completa, que se sostiene por sí misma, mediante la introducción de una negación posterior de alguna de sus partes esenciales”. ¿Cómo se definiría a un teólogo sino con el mote de hereje, si propone la desobediencia de una orden directa de Nuestro Señor Jesucristo?
        

       
LOS CUENTOS DE ANDERSON
  
En el mismo número y página de “La Nación” se reproduce un artículo de Jeff Anderson. Abogado, protestante, quien dice que “no tiene nada contra el Papa”, que “lo admira como teólogo y filósofo”, pero que “no respeto a quien no protege a los niños y no respeto a la estructura vaticana que miente los abusos… etc.”.
  
El Sr. Anderson presentó su denuncia ante el “New York Times”, del clan Rockefeller, entre cuyos componentes hay que recordar al viejo Nelson y sus recomendaciones para que “los católicos de Roma sean sustituidos por otros cristianos”. Es bastante comprensible que el clan Rockefeller no sienta una particular simpatía por Benedicto XVI, en particular teniendo en cuenta que tanto las familias Roosevelt y Rockefeller pertenecen a la secta de Skulls & Bones, fundada en 1832 y de donde salen los integrantes del gobierno y de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos.
  
Llama la atención además, insistimos, que el Sr. Anderson presentara su denuncia ante el “New York Times”. Precisamente, David Rockefeller, miembro sobresaliente del Council on Foreing Relations, que propone la desintegración de los Estados Soberanos, “carcomiéndolos pedazo a pedazo”, según recomendación de Richard Gardner, Embajador en Italia de Jimmy Carter, dijo que “estamos agradecidos al «Washington Post», al «New York Times», a la revista «Time» y otras publicaciones importantes, cuyos directores han acudido a nuestras reuniones y respetado su promesa de discreción durante cuarenta años. Habría sido imposible para nosotros desarrollar nuestro plan para el mundo si hubiéramos sido objeto de escrutinio público durante aquellos años. Pero, el mundo es más sofisticado y está preparado para alcanzar el gobierno mundial. La soberanía supranacional de una élite intelectual y de banqueros mundiales es con toda seguridad preferible a la autodeterminación nacional practicada en siglos pasados”.
  
Por cierto, tampoco esto es nuevo: en 1875 la condesa rusa Helena Petrovna Blavatsky, miembro del Departamento de Ocultismo del MI6, fundó la Sociedad de Teosofía, como parte de un plan que incluía a la Sociedad de Thule, creado por Guido von Liszt, que apoyaba el concepto de un solo gobierno mundial controlado por una hermandad de banqueros.
               

               
BELLAS DECLARACIONES
               
Por otra parte, la técnica de la difamación y del desprestigio tampoco constituye una novedad, y se manifiesta casi siempre en los mismos términos. Al respecto resulta muy interesante el hecho de que la Dra. Bella Dodd, asesora legal del Partido Comunista de los Estados Unidos en la década de 1930/40 comentara a W. Cleon Skousen, agente del FBI, y autor de “The Naked Capitalist” (El Capitalista Desnudo): “Creo que la conspiración comunista es sólo una rama de una conspiración mucho mayor.  Cuando se trataban asuntos vitales que requerían una respuesta urgente y no se podían recibir instrucciones de Moscú, debían comunicarse con una de tres personas en el Waldorf Towers, no rusos ni comunistas, sino capitalistas de grandes fortunas”.
  
En base a su experiencia, enseñanzas recibidas del Profesor Carol Quigley, particularmente en “Tragedia y Esperanza” y datos aportados por la Dra. Skousen escribió también: “Era casi inevitable que los super-ricos aspiraran algún día a controlar no sólo su propia riqueza, sino la del mundo entero. A fin de lograr ese control no tuvieron inconveniente en nutrir las ambiciones de los conspiradores políticos con hambre de poder que se habían comprometido a derrocar a todos los gobiernos existentes para reemplazarlos por una dictadura a escala mundial con lineamientos socialistas”.
        

          
BELLA SE CONFIESA
  
La Dra. Dodd también dijo que “el comunismo era un fraude perpetrado por los banqueros para controlar al hombre común”. Convertida al Catolicismo, reveló que “en 1930 pusimos cien mil hombres en los seminarios para destruir a la Iglesia desde adentro. Destruir la Fe por medio de una pseudo-religión parecida a la verdadera”. También para “convencer a los líderes de la Iglesia a abrirse al mundo y ser más flexibles con otras religiones y filosofías”.
  
Con razón Mons. Fulton Sheen, Arzobispo de Nueva York en esos tiempos, comentó que, “con el disfraz de exiliados de los países comunistas, actuando al servicio del Kominform estos falsos sacerdotes han aprendido a decir misa y son capaces de sostener discusiones teológicas a nivel elevado”.
  
En fin, nada de lo dicho constituye ninguna novedad. “Si el mundo os odia, sabed que me han odiado a Mí antes que a vosotros” (San Juan, 15, 18). De tal manera que es lógico que los empeñados en el dominio material del mundo vean en la Religión Católica su mayor enemigo, y procuren su destrucción como paso fundamental para la destrucción de los Estados Soberanos fundados en raíces católicas.
  
Conviene no olvidar los versos del Tcnl. D. Antonio Da Rocha:
  

“Gaucho de la Historia,
Gaucho de la Gesta,
perdura, no mueras,
porque si lo haces,
tus hijos vagarán sin rumbo,
perdida la huella
en la noche oscura,
en la tierra tuya
que será extranjera”.
  
Luis Antonio Leyro
  

1 comentario:

Matías dijo...

Estuve investigando y encontré que Bella Dodd dijo "mil cien hombres" y no "cien mil" como apunta el artículo. Podrían chequear si esto es así? Abrazo en Cristo.