sábado, 11 de diciembre de 2010

Defensores de la vida

UN CABALLERO ENFERMERO
            
El Señor Rogelio J. Rodríguez es enfermero del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, Entre Ríos, nosocomio donde se negaron a matar a un bebé que finalmente se asesinó en Mar del Plata con la planificación y ayuda del por entonces ministro de “salud” Ginés González García, del gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, de la anterior responsable del INADI María José Lubertino y del otrora gobernador de la Provincia de Buenos Aires Felipe Solá. 
    
El bebé fue abortado cruelmente ante la desesperación que produjo que su abuelo se ofreciera a adoptarlo y hasta se falseó —por parte del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos— la doctrina de la Corte Suprema de Justicia para poder encontrarle una “justificación legal”.  Y dice:
               
“Soy Rogelio Jesús Rodríguez, enfermero de profesión y hoy me ha tocado la gracia de trabajar en quirófano de maternidad y preparto, donde estaba internada esta chica de la que se hizo eco toda la  sociedad.  En el hospital se producen alrededor de 15 y 20 partos por  día; cesáreas, partos de fetos muertos, prematuros de 18 semanas como el caso de la chica de la cual se habla.  Yo sólo pregunto una cosa: ¿cuántas veces los que hablan de la libertad a abortar, más allá de que éste sea un caso especial, vieron un bebé muerto, un feto muerto, pedazos de carne humana por abortos caseros, almas que Dios ha enviado al mundo por algo, para algo?
             
“Lo único que nos falta ahora es creernos dioses y decidir quién vive y quién no.  A los que hablan de que la voluntad de abortar tendría que legalizarse, sepan que hay un Dios allá arriba, que ve todo y todo el mundo se mueve por Él.  Sépanlo señores, señoritas que mantienen relaciones sexuales desde muy chicas, que quedan embarazadas y luego abortan… «total, me lo saco y listo».
             
“Señores, yo controlé a esa chiquita, la cuidé, sentí los latidos fetales de una vida en su panza, los movimientos, ¡no me vengan con cosas raras para confundir a la gente!  Se mató a una persona, hija de Dios, con un alma, con una misión en la tierra.  Si no lo querían lo hubiesen dado en adopción, la chica no tenía ni idea de lo que pasaba, tiene 19 años pero el coeficiente intelectual de una criatura de 5 años.  Señores, me gustaría que un día vieran al personal de neonatología peleando por la vida de un prematuro.
              
“Y ahora voy a dar información que quizá no tendría que dar.  Primero, el bebé estaba en perfectas condiciones; segundo la madre fue manejada políticamente…  Sí, por esa señora diputada, el Dr. Retamoso y el mismo gobernador Busti.  Crean o no, el día que fue trasladada a Buenos Aires yo por teléfono hablé con el Gobernador, la señora diputada y el abogado Retamoso.  Se la trasladó a las 3 de la mañana, se la sacó por detrás del hospital, fue un dispositivo planeado, porque, todos sabemos, se quiere legalizar el aborto.
            
“Gracias a Dios todos nosotros nos negamos a hacerlo; médicos, instrumentadoras, enfermeros, obstetras, sólo se hicieron una pregunta: ¿alguien se anima a sacar un ser humano formado completamente sano, cortar el cordón y dejar que se desangre sobre una camilla y verlo agonizar hasta que expire?  La respuesta fue unánime: No.
               
“Yo estudié para cuidar la vida, no para quitarla, quien tenga oídos que oiga, es muy fácil hablar de afuera, total, hay gente que lo va a hacer.  Mientras tanto, siga la fiesta…  Sigamos matando gente, total…  Hay un mandamiento de la Ley de Dios…  No sé si les suena… Dios… no matarás.  La Biblia no es un libro de cuentos, digo, por las dudas alguien creyera que lo es”.
          

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Noble enfermero, digno colega del Beato Artemides Zatti.

Anónimo dijo...

UN SIMPLE LIBRERO ESTÁ PRESO

En contra de los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la propia Constitución española, en España se producen secuestros de miles de libros a manos de las fuerzas de seguridad del Sistema, y posteriormente son quemados como en los mejores tiempos de la Inquisición.

La Inquisición de entonces tenía un Index o índice de libros prohibidos, por lo que un editor sabía lo que podía o no podía publicar. La diferencia hoy radica en la hipocresía. Este Sistema se disfraza con ropajes democráticos y liberales, por lo que no puede haber una lista de libros malditos. ¡Pero los libros los queman exactamente igual!

De forma que la diferencia, como decimos, es que mientras antiguamente el editor sabía de antemano lo que estaba prohibido, hoy día pueden encarcelar a posteriori a cualquiera que publique un libro que disguste al fiscal rojo pro-okupas de turno. Si un Garzón II se levanta un día con el pie izquierdo, puede cerrar la editorial y la librería que desee.

Está en nuestra mano evitarlo. Evitémoslo. Entre todos, podemos y debemos hacer que no les salga rentable políticamente toda esta orgía de represión.

Próximamente especificaremos qué es lo que se puede hacer. Mientras tanto, demos a conocer entre todos este blog:

libertadpedrovarela.over-blog.com