domingo, 28 de febrero de 2010

Catecismo dominical


¿POR QUÉ DIOS
PERMITE LA TENTACIÓN?


Hay espíritus que se imaginan que la vida interior de las almas no es sino una ascensión dulce, agradable, sin sobresaltos, a lo largo de un camino sembrado de flores. Ya sabéis que generalmente no es así, aunque Dios, Señor soberano de sus dones, pueda conducirnos por un camino semejante, si le place. Hace mucho tiempo que el Señor dijo en la Escritura: “Hijo mío, si quieres dedicarte al servicio de Dios, prepárate para la tentación”. De hecho, no es posible, dadas las condiciones de nuestra actual humanidad, hallar plenamente a Dios sin ser atacado por la tentación. Y con frecuencia el demonio se ensaña contra aquellos que buscan a Dios sinceramente, y en los cuales ve una imagen más viva de Jesucristo.

Pero, me diréis, ¿no es la tentación un peligro para el alma? ¿No sería preferible, en gran manera, no ser nunca tentado? Espontáneamente nos sentiríamos movidos a envidiar a aquel que no sufriera jamás tentación alguna: “¡Bienaventurado el hombre, diríamos gustosamente, que no tiene que sufrir tales ataques!”

Realmente, tal puede ser la apreciación de nuestra sabiduría humana. Mas Dios, que es verdad infalible, fuente de nuestra santidad y de nuestra bienaventuranza, nos dice todo lo contrario… ¿Por qué el Espíritu Santo proclama a este hombre “feliz”, cuando nosotros nos inclinaríamos a pensar de muy diferente manera? ¿Por qué el ángel decía a Tobías, que “porque era agradable a Dios, convenía que estuviese sujeto a la prueba” ¿Será a causa de la tentación en sí misma? Evidentemente que no, sino que Dios se sirve de ella para tener una prueba de nuestra fidelidad; nuestra fidelidad —sostenida naturalmente por la gracia— se fortalece y se manifiesta en la lucha, y la corona de la vida se otorga en fin a su victoria.

LA PRUEBA COMO FUENTE DE MÉRITO

La tentación que el alma soporta con paciencia es una fuente de méritos y es gloriosa para Dios. Por su constancia en la prueba, el alma es testimonio de la fuente de la gracia: “mi gracia te basta, pues en la flaqueza mi poder se manifiesta plenamente”. Dios espera que le rindamos este homenaje y esta gloria.

Mirad a Job. La Escritura atribuye a Dios una suerte de arrogancia por la perfección de este gran justo. Un día —el escritor sagrado dramatiza la escena— en que el demonio comparecía ante Él, Dios le dijo: “¿De dónde vienes?” El demonio respondió: “De recorrer el mundo, de pasearme por él”. Y el Señor: “¿No te ha llamado la atención mi siervo Job? No hay otro igual en la tierra, íntegro, recto, lleno de temor, alejado de todo mal”. Satanás replica: “¿Qué mérito tiene en realidad mostrarse perfecto, si todo le es próspero, todo le sonríe? Mas extiende la mano, toca sus bienes, y se verá si no os maldice en vuestra misma presencia”. Dios da licencia a Satanás para que pruebe a su servidor en sus riquezas, en su familia, en su misma persona. He aquí a Job, despojado poco a poco de todos sus bienes, cubierto de lepra, tendido sobre el estiércol, y obligado por añadidura a sufrir los sarcasmos de su mujer y de sus amigos que lo incitan a blasfemar. Pero él permanece inconmovible, fiel a su Dios. Ni un sentimiento de rebeldía llega a su corazón, ni una murmuración escapa de sus labios: “¡El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea su santo nombre… Recibimos de Dios los bienes, ¿por qué no deberemos también aceptar los males de su mano?” ¡Qué constancia más heroica! ¡Cuánta gloria da a Dios este hombre abrumado de tantos males, y que, aún así, bendice la mano del Señor! Sabemos que Dios, tras la prueba, dio testimonio de su lealtad, y le devolvió y multiplicó todos sus bienes. La tentación sirvió para poner en relieve la figura de Job.

CRECIMIENTO EN LA HUMILDAD

La tentación realiza, además, en más de un alma, un trabajo que nada puede reemplazar.
Hay almas rectas, pero envanecidas, que no llegarían a la unión con Dios si no fuesen derribadas y abatidas. Conviene que ellas hayan tocado con su mano el abismo de su flaqueza y experimentado su dependencia absoluta de Dios, a fin de que no cuenten consigo mismas. Sólo la tentación les deja medir su impotencia. Cuando estas almas son zarandeadas por la tentación, sienten la necesidad de humillarse, porque se ven al bode del abismo; en estos momentos brota de ellas una gran oración que se eleva al Señor. Es la hora de la gracia. La tentación mantiene a estas almas atentas sobre su flaqueza, y conserva en ellas un continuo espíritu de dependencia hacia Dios. Para ellas, la tentación es la mayor escuela de santidad.

A otras almas les sirve la prueba para librarlas de la tibieza. Sin la tentación, se abandonarán a una dejadez espiritual; la tentación es como un estímulo; por la lucha se aviva el amor y les da ocasión de manifestarlo. Ved a los Apóstoles en el Huerto de los Olivos: a pesar de la advertencia del Señor, su Divino Maestro, de velar y rogar, duermen; sin sentir el peligro, se dejan sorprender por los enemigos de Jesús, y huyen, abandonando a su Maestro, sin acordarse de sus afirmaciones anteriores. ¡Qué diferente es esta manera de obrar de cuando en el lago luchaban contra la tempestad! Ved cómo, en presencia del peligro que los acecha y del cual se dan cuenta, despiertan a Jesús con angustia y le dicen: “Señor, salvadnos, que perecemos”.

CRECIMIENTO EN EXPERIENCIA

La tentación nos da la gran formación de la experiencia. Es éste un fruto precioso que nos hace capaces de ayudar a las almas cuando se acercan a nosotros para buscar luz y auxilio. ¿Cómo se puede ayudar eficazmente, instruir a un alma tentada, si uno mismo ignora lo que es la tentación? San Pablo dice que Jesús “ha querido experimentar en Sí todas nuestras flaquezas, excepto el pecado, para compadecerse de nuestras debilidades”. No nos espantemos del hecho de la tentación, ni de su frecuencia ni violencia. No es sino una prueba; Dios sólo la permite para nuestro bien. Por obsesionante que sea, no es pecado mientras no nos expongamos voluntariamente a sus dardos y no consintamos en ella. Se pueden sentir sus mordiscos o sus encantos; pero mientras se mantenga bien cerrada para ella esta fina punta del alma que es la voluntad, debemos estar tranquilos. Jesucristo está con nosotros y en nosotros: ¿quién es más fuerte que Él?

TAMBIÉN CRISTO FUE TENTADO

La aceptación de la prueba, la resistencia a la tentación, se suceden continuamente durante nuestra vida; la lucha contra las seducciones corruptoras, la paciencia en las contradicciones, queridas o permitidas por la Providencia, es cosa diaria: “La vida del hombre en la tierra es un combate”. Adán fue sometido a la prueba. Titubeó, cayó, prefirió la criatura y su propia satisfacción a Dios. En su rebelión, su caída y su castigo, arrastró a todo su linaje. Por eso convenía que el segundo Adán, Jesucristo, que representaba a todos los predestinados, tuviese una conducta contraria. En su sabiduría adorable, quiso Dios Padre que Cristo, nuestro Jefe y modelo, se enfrentase a la tentación, saliendo victorioso, para enseñarnos a hacer lo mismo.

Si Cristo, Verbo encarnado, Hijo de Dios, ha querido entrar en lucha con el espíritu maligno, ¿qué tiene de extraordinario que los miembros de su cuerpo místico tengan que seguir el mismo camino?

Jesucristo, nuestro modelo en todo, ha sido tentado antes que nosotros, y no solamente tentado, sino tocado por el espíritu de las tinieblas; ha permitido al demonio poner mano sobre su santa humanidad.

No olvidemos que no solamente como Hijo de Dios ha vencido al diablo, sino también como Jefe de la Iglesia; en Él y por Él hemos triunfado y triunfaremos nosotros de las sugestiones del espíritu rebelde.

Ésta es la gracia que nos ha merecido el Salvador por este misterio; allí hallamos la fuente de nuestra confianza en las pruebas y tentaciones. “Dios —nos dice San Pablo— no permite seamos tentados más de lo que consientan nuestras fuerzas; pues con la tentación nos proporcionará, por su gracia, un feliz éxito, dándonos fuerza para soportarla”. El mismo gran Apóstol es ejemplo de ello. Nos dice que, para que no se enorgullezca de sus revelaciones, Dios le ha enviado lo que Él llama un “aguijón en su carne”, símbolo de tentación; le ha “dado un ángel de Satanás que lo abofetee”. “Por tres veces —añade—, he rogado al Señor que me librara de él, y el Señor me ha dado por respuesta: Mi gracia te basta, porque es precisamente en la flaqueza del hombre (es decir, haciéndolo triunfar por mi gracia) donde se muestra mi poder”.

En efecto, la gracia divina es el medio que debe ayudarnos a superar la tentación; pero debemos pedirla. En la plegaria que nos enseñó Cristo, nos hace suplicar a nuestro Padre celestial que “no nos deje caer en la tentación y que nos libre del mal”. Repitamos con frecuencia esta plegaria, ya que Jesús la ha puesto en nuestros labios; repitámosla, apoyados en los méritos de la Pasión del Salvador.

Nada hay tan eficaz contra la tentación como el recuerdo de la cruz de Jesús. ¿Para qué vino Cristo a este mundo sino, en resumen, “para deshacer la obra del diablo”? Y ¿cómo la ha deshecho, cómo ha “arrojado fuera al demonio”, sino, como dice Él mismo, por su muerte en la cruz? Durante su vida mortal, Nuestro Señor expulsó los demonios de los cuerpos de los posesos; los arrojó asimismo de las almas, cuando perdonaba los pecados a la Magdalena, al paralítico y a otros tantos; pero, sobre todo, como ya sabéis, por su Pasión bendita redujo a ruinas el imperio del demonio: precisamente cuando, haciendo morir a Jesús en manos de los judíos, el demonio creía triunfar definitivamente, recibió su golpe mortal. Pues la muerte de Cristo destruyó el pecado y dio derecho a todos los bautizados a la gracia de morir al pecado.

Apoyémonos por la fe en la cruz de Jesucristo; su virtud no se ha agotado; nuestra condición de hijos de Dios y nuestra calidad de bautizados nos dan este derecho. Por el Bautismo, hemos sido marcados con el sello de la cruz, hemos sido hechos miembros de Cristo, ilustrados por su luz, participando de su vida y de la salvación que nos otorga. Por lo tanto, unidos a Él, ¿qué podemos temer?

Acudir a Cristo es el medio más seguro para vencer la tentación; el demonio teme a Cristo y tiembla ante su cruz. ¿Nos sentimos tentados contra la fe? Digamos al momento: “Cuanto Jesús nos reveló, lo recibió de su Padre: Él es el Hijo único que, del seno del Padre, ha venido para revelarnos los secretos divinos que Él sólo puede conocer; Él es la verdad. Sí, Señor Jesús, yo creo en Vos, aumentad mi fe”.

Si nos sentimos tentados contra la esperanza, miremos a Cristo en la Cruz: ¿no se ha convertido en propiciación por los pecados del mundo entero? ¿No es Él el Pontífice Santo, que entró por nosotros en el cielo e interpela sin cesar a su Padre en favor nuestro? Y Él ha dicho: “Si alguno viene a Mí, no lo rechazaré”.

¿Intenta la desconfianza en Dios penetrar en nuestro corazón? Pero, ¿quién nos ha amado más que Dios, más que Cristo? Cuando el demonio nos inspire sentimientos de orgullo, contemplemos a Jesús: era Dios, y se anonadó y humilló hasta la muerte ignominiosa del Calvario. ¿Puede el discípulo ser menos que su maestro? Cuando el amor propio herido nos sugiere vengarnos de las injurias que se nos hacen, miremos también a Jesús, nuestro modelo, en su Pasión: “No apartó su faz de los que lo escupían y abofeteaban”.

Si el mundo, cómplice del demonio,quiere hacer brillar ante nuestros ojos las alegrías insensatas, vanas y pasajeras, refugiémonos cerca de Cristo, a quien Satanás prometía la gloria y el universo si lo adoraba. “¡Jesús mío, sólo a Vos quiero seguir: no permitáis que me aparte de Vos!”

Dom Columba Marmión
(Tomado de su libro “Dios nos visita a través del amor y del sufrimiento”)

sábado, 27 de febrero de 2010

Actualidad


NUESTRAS ISLAS MALVINAS

Con motivo de los hechos que son del dominio público —léase un nuevo atropello impune contra la soberanía argentina en las Malvinas— una diversidad de voces particulares o institucionales se expide en contra de la insostenible situación de vejamen político. Va de suyo que nosotros no dejamos de sumarnos a estos reclamos patrios, como lo hemos hecho siempre, a lo largo de toda la historia del Nacionalismo Argentino.

“Cabildo” acompañó la guerra justa de 1982, mientras muchos de quienes ahora pregonan nuestros derechos, condenaban la contienda por considerarla una "masacre" más del gobierno militar de entonces. Muchos incluso festejaron explícitamente la derrota de las Armas Nacionales, en tanto ella les abrió las puertas a la "democracia".

Por eso, ante las actuales y dolorosas circunstancias, no hemos querido elaborar una simple declaración, sino analizar las acciones concretas que proponen algunos de quienes conocen el tema. Acciones, y no sólo palabras, que podrían mejorar reforzar el ejercicio de la soberanía.

En tal sentido, hemos recibido, con pedido de difusión, un Comunicado elaborado por el Director del diario "El Malvinense", Patricio Mendiondo, y el Director del Grupo de Estudios Estratégicos Argentinos de la Asociación de Pensadores Nacionales Manuel Belgrano, Hugo Rodríguez. No tenemos trato alguno con estas personas, ni tampoco asociaciones ideológicas, pero —nobleza obliga— reproducimos a continuación los fragmentos más notorios del aludido Comunicado, por considerarlos pertinentes.


MANIFIESTO NACIONAL POR MALVINAS

[…] Por ello estimamos necesario impulsar que:

1. Ante la presencia de tres buques de guerra (HMS York, HMS Clyde, HMS Scott) en el Mar Argentino y el envío en el día de la fecha (24/02/10, según confirmó el Ministerio de Defensa británico al diario The Times) de un submarino nuclear a la región, solicitamos que se convoque con carácter de urgencia al Consejo de Defensa de la UNASUR. Que por medio de una sesión especial exija a Gran Bretaña cesar el envío de buques de guerra al territorio argentino del Atlántico Sur, por ser una amenaza que atenta contra la paz del continente americano. Pidiendo además, se designe un grupo especial de trabajo para que el organismo actúe en tiempo y forma acorde a la velocidad en que se desarrollan los hechos en el Atlántico Sur.

2. La Cancillería Argentina y el Poder Ejecutivo de la Nación expulsen del país al embajador británico en Argentina tal cual es la política correcta a seguir cuando éste representa los intereses de un invasor […]

3. El Poder Ejecutivo Nacional expulse del país por violar la Constitución Nacional, la Ley de Hidrocarburos, la Ley de ENARSA y la resolución a las empresas relacionadas de manera directa con la exploración y explotación ilegal de Petróleo en el Mar Argentino. Las empresas (actualmente activas) son las siguientes: Desire Petroleum, Argos Resources, Falklands Oil and Gas Ltd, BHP Billiton, Borders and Southern Petroleum y Rockhopper Exploration. Todos quienes sean accionistas de estas empresas y quienes estén relacionadas de manera indirecta a ellas y se desempeñen en Argentina.

4. El Congreso de la Nación designe un grupo especial de trabajo encargado de detectar a todas las personas físicas y jurídicas relacionadas de manera directa o indirecta con las anteriores mencionadas y promueva las acciones judiciales pertinentes contra ellas […]

5. El Congreso de la Nación y el Poder Ejecutivo de la Nación acuerden incrementar la custodia de nuestros mares proveyendo a la Armada y a la Fuerza Aérea Argentina de los equipos, naves, personal y presupuesto, acordes a las actuales exigencias mundiales y regionales, necesarios para salvaguardar la soberanía nacional de todo invasor externo sobre el mayor espacio marítimo bajo soberanía de un Estado, el Mar Argentino.

6. El Congreso de la Nación derogue el Tratado de Madrid (quién es el único facultado para aprobarlo y/o derogarlo) por ser inconstitucional y por haber sido gravemente violado por el Reino Unido […]

7. El Congreso de la Nación derogue el Tratado de Londres por ser lesivo a los intereses nacionales al dar privilegios de nación más favorecida a las empresas británicas y fomentar que las mismas realicen actividades comerciales tales como la exploración y extracción petrolera en la zona de soberanía en disputa.

8. Al ser rechazado el Tratado de Lisboa por el Poder Ejecutivo y por el Congreso de la Nación, al incorporar aquel a nuestras Islas Malvinas, Georgias, Sándwich del Sur, el espacio marítimo circundante y el territorio argentino antártico como territorios europeos de ultramar. Solicitamos a las autoridades nacionales incluir en todo tipo de relaciones comerciales, diplomáticas y de representación argentina hacia la comunidad europea la leyenda “Las Islas Malvinas, Georgias, Sándwich, el Territorio Antártico Argentino y demás espacios insulares y marítimos circundantes son Argentinos” y además cortar relaciones diplomáticas y económicas con el Reino Unido hasta que esta grave lesión sea subsanada.

9. El Congreso de la Nación promueva los juicios políticos pertinentes a quienes no cumplan con sus funciones en relación al Petróleo de Malvinas, y las denuncias que las autoridades de aplicación deban efectuar […]

viernes, 26 de febrero de 2010

Pobre España mía


PINCELADA DE LA ESPAÑA ACTUAL


Invitamos a nuestros amigos a comtemplar este curioso power point, para ver una de las tantas razones por las cuales España ha caído tanto.

Pobre España abortera, que ha abandonado su tarea de amartillar herejes para ocupar el lugar de éstos. Cuán preferible es aquella España pobre de 1940, que esta pobre España de 2010…

miércoles, 24 de febrero de 2010

Ante el "matrimonio gay"


POR EL ORDEN NATURAL

“Ostentando muchas veces los vicios apariencia de virtud, es conveniente evitar que los fieles, engañados por un concepto erróneo del matrimonio, manchen sus almas con torpezas y perversas liviandades. Por ello debe comenzarse por el significdo del nombre.

“Llámase matrimonio porque la mujer debe casarse principalmente para ser madre, o por ser propio de la madre concebir, dar a luz y criar a los hijos. Se llama también unión conyugal, del verbo latino conjungere, porque la mujer legítima se enlaza con su marido como con un yugo.

“Asimismo se llama nupcias, porque como dice San Ambrosio, las doncellas por causa del pudor se cubrían con un velo, con lo que parece significarse también que deben estar sujetas a sus maridos”.

Catecismo de Trento, II, VIII, 2

FRENTE A LA NÁUSEA OFICIAL
DE LOS DEGENERADOS


lunes, 22 de febrero de 2010

Para aprovechar


UNA GRAN OPORTUNIDAD

Conexión israelí

Comenta “Página/12” que Alejandro Mellincovsky —recién designado para un alto cargo de la Policía Metropolitana— pasó por el ejército… pero de otro país”. Más allá de la crítica insinuada, se trataría en rigor de una íntima inclinación ampliamente demostrada por el jefe de Gobierno. Pero a la par, pueden esperarse de esto consecuencias muy positivas. Porque es la ocasión para que un especialista de inteligencia del Ejército Israelí con funciones en Buenos Aires, ayude a desentrañar el misterio que afecta gravemente la dignidad del país y sus relaciones internacionales: la explosión en la Embajada de Israel. El ex jefe de prensa del ejército israelí y director del Departamento de Análisis y Estrategia del Ministerio de Defensa, es un licenciado en Comunicación e Historia hecho a medida para dar una mano en este caso crucial.

Axioma y evidencias

Como una de tantas verdades axiomáticas, se ha establecido que no hubo la implosión que afirmaran destacados peritos, sino una explosión provocada desde el exterior mediante un coche-bomba. Sobre ésta y otras importantes cosas, conviene repasar notables noticias y comentarios de la época.

1) Acerca de los rastros del coche-bomba alegado por el ministro José Luis Manzano, el diario “La Nación” (22 de marzo de 1992, pág. 15) anotó que ninguno de sus cronistas que estuvieron en la calle Arroyo al 900 —casi una decena— pudo encontrar el cráter que debió provocar la explosión. Resulta ilustrativo —y convendría facilitarlo al flamante funcionario— el material gráfico sobre una impresionante filmación practicada casualmente (?) al momento de ocurrir el atentado. Ella registra la columna de humo que como un hongo gigantesco se elevaba desde la Embajada. Es curioso, pero no se conocen investigaciones sobre el singular testimonio.

2) El mismo diario “La Nación” (18 de marzo de 1992, pág. 13) al día siguiente del atentado consignaba que uno de los jefes de la Organización Sionista Mundial —Uri Gordon— había manifestado que cuando se dirigía a la embajada sintió el formidable estallido… Y que la radio del ejército israelí, recogiendo informaciones semejantes, dijo “que no se sabía si la intensidad de la explosión se debió solamente a la bomba o se le sumaron municiones que se almacenaban en la embajada”.

3) También se supo y lo recogió por separado el mismo medio, que el día del siniestro el Comisario de la seccional 15ª se encontró con un guardia —díjose de la Shin Bet— quien rotundamente afirmaba que había sido una implosión. Entonces el policía le señaló: “Pero, ustedes guardaban allí explosivos”… respondiendo el interpelado que “sí, pero esto no fue de lo nuestro” (“La Nación”, 18 de marzo de 1992, pág. 14).

4) Igualmente “La Nación” del 9 de abril de 1992 (pág. 16), consignaba que “Los bomberos trabajaron dentro del predio para retirar los cuerpos. Una vez finalizada su labor, sólo expertos del servicio de inteligencia israelí, Mossad, removieron la losa del primero de los subsuelos, observaron, no sabemos qué, y taparon todo de vuelta”.

5) Por su parte el diario “La Prensa” (21 de marzo de 1992, pág. 4) expresaba que las autoridades temían que en un posible subsuelo pudiera hallarse alrededor de una docena de cadáveres; “funcionarios que al momento de la explosión mantenían una reunión de carácter secreto”.

6) También “La Prensa” (21 de marzo de 1992, pág. 1) registró una noticia espectacular: …“Tres detenidos por la Policía Federal, sospechosos de estar involucrados en el atentado dinamitero”, resultaron ser soldados del Ejército Israelí que se hospedaban a 100 metros de la Embajada, en Juncal 860. Fuentes policiales indicaron que los vecinos denunciaron unos movimientos sospechosos y se escuchó decir que, con binoculares, desde ese edificio se podía vigilar cómodamente la embajada israelí. Una vez identificados quedaron en libertad sin ningún inconveniente. Ellos aclararon que venían enviados por el Centro Cabala para profesar la paz.

OTROS ANTECEDENTES SIGNIFICATIVOS

a) “La Nación” del 20 de marzo de 1992 (pág. 7) transcribe declaraciones sensacionales del titular de la Embajada, Itzhak Shefi, quien se mostró renuente a formular apreciaciones acerca de los responsables del atentado. Y calificaba al siniestro con notable transparencia, como “un ataque contra la paz por parte de elementos que no están conformes con el proceso que se inició en Madrid el año pasado”. Posteriormente, en una reunión de prensa brindada en la Asociación Cultural Israelí, el diplomático manifestó con franqueza grande que el atentado tiene “una meta política, que es la de sabotear las negociaciones de paz”. Y se mostró seguro de que “dentro de poco se escuchará la voz competente para acabar con las conjeturas que se hacen sobre quiénes cometieron el atentado y quiénes lo apoyaron, desde adentro o desde afuera (“La Nación”, 25 de marzo de 1992, pág. 14).

b) Coincidentemente, un comunicado de la B’nai B’rith se abstuvo de atribuir responsabilidades al respecto, lamentando el “posible efecto negativo en las negociaciones en el Medio Oriente” (“La Nación”, 18 de marzo de 1992, pág. 17).

Manejadas estas cosas por un experto en inteligencia militar y policial, seguramente podrán enhebrarse para echar luz sobre el siniestro caso. Será entonces la oportunidad de encontrarle excelente provecho a un nombramiento que podría considerarse —como sugiere “Página/12”— más apropiado a una colonia que para un país soberano.

Juan E. Olmedo Alba Posse
Febrero de 2010

domingo, 21 de febrero de 2010

Cuaresma


HISTORIA DE LA CUARESMA

Se da el nombre de Cuaresma al período de oración y penitencia durante el cual la Iglesia prepara a las almas para celebrar el misterio de la Redención.

LA ORACIÓN. A los fieles, aún los mejores, propone nuestra Madre la Iglesia este tiempo litúrgico como retiro anual, el cual les brindará ocasión oportuna de separar todos los descuidos de otras temporadas, y encender la llama de su celo. A los catecúmenos ofrece, como en los primeros siglos, una enseñanza, una preparación para la iluminación bautismal. A los penitentes, les llama la atención sobre la gravedad del pecado, e inclina su corazón al arrepentimiento y a las buenas resoluciones, y les promete el perdón del Corazón de Dios.

San Benito recomienda a sus monjes, en el capítulo XLIX de su Regla, que se entreguen este santo tiempo a la oración acompañada de lágrimas de arrepentimiento o de tierno fervor. Todos los fieles, de cualquier estado y condición, hallarán en las Misas de cada día de Cuaresma las fórmulas más admirables de oración con que se pueden dirigir a Dios. Con quince y más siglos de existencia, se adaptan a las aspiraciones, a las necesidades de todos.

LA PENITENCIA. La penitencia se practica, mejor dicho, se practicaba con la observancia del ayuno. Las dispensas temporales otorgadas desde hace algunos años por el Sumo Pontífice no serán pretexto para silenciar práctica tan importante a que aluden constantemente las oraciones de las Misas cuaresmales y de la que todos deben, al menos, conservar el espíritu, si la dureza de los tiempos o la endeble salud no consienten que se observe plenamente y con todo rigor.

La práctica del ayuno remonta a los primeros siglos del cristianismo, y aún es anterior. Después de los Profetas Moisés y Elías, cuyo ejemplo nos será propuesto el miércoles de la primera semana, el Señor lo practicó permaneciendo sin alimento alguno durante cuarenta días y cuarenta noches, y si bien no quiso establecer mandato divino, que en ese caso no hubiera sido susceptible de discusión, ha declarado al menos que el ayuno, tan frecuentemente preceptuado por Dios en la antigua Ley, sería practicado también por los hijos de la nueva.

Un día los discípulos de Juan le dijeron a Jesús: “¿Por qué, ayunando nosotros y los fariseos con frecuencia, no ayunan tus discípulos?” Jesucristo les contestó: “¿Por ventura los compañeros del Esposo pueden estar tristes mientras el Esposo está con ellos? Mas vendrán días en que les será quitado el Esposo y entonces ayunarán” (San Mateo, IX, 14-15). Se acordaron los cristianos de esta sentencia y bien pronto pasaron en ayuno absoluto los tres días —que para ellos era uno solo—, el misterio de la Redención, es decir, desde Jueves Santo hasta la mañana de Pascua.

Tenemos pruebas fehacientes ya de los siglos en muchas iglesias ayunaban Viernes y Sábado Santos, y San Ireneo en su carta al Papa San Víctor afirma que varias iglesias orientales hacían lo propio toda la Semana Santa. En el siglo IV se amplió este ayuno pascual y la preparación a la fiesta de Pascua durante un período de ascesis de cuarenta días (cuadragésima - Cuaresma).

La primera mención que hallamos en Oriente de “la cuarentena” se encuentra en el canon 5º del Concilio de Nicea (325). El Obispo de Thmuis, Serapión, afirma en 331, que la “Cuaresma” es en su tiempo práctica universal en Oriente y Occidente. Los Padres, como, por ejemplo, San Agustín (Sermón CCX), dicen que es práctica antiquísima, y San León (Sermón VI) piensa, aunque erróneamente, que se remonta a tiempos apostólicos. Estos mismos Padres, y con ellos San Ambrosio y San Jerónimo, son los primeros que nos hablan del ayuno.

Los sermones de San Agustín atestiguan que la Cuaresma comenzaba el sexto domingo antes de Pascua: como no se ayunaba el domingo, no había más que treinta y cuatro días de ayuno, o treinta y seis con el Viernes y el Sábado Santos; con todo, no dejaba de ser la Cuaresma una “cuarentena” de preparación a la Pascua. El ayuno, en efecto, no era, y no lo es hoy tampoco, el único medio de prepararse a celebrar la Pascua. Insiste San Agustín en que al ayuno acompañen el fervor de la oración, la humildad, la renuncia absoluta a los malos deseos, muchas limosnas, perdón de las injurias y la práctica de todas las obras de piedad y de caridad. La misma extensión del período cuaresmal vemos en España en el siglo VII y en las Galias y Milán. La magna solemnidad del mundo es para San Ambrosio Viernes Santo, y la fiesta de Pascua encierra el triduo de la muerte, sepultura y Resurrección de Cristo (Carta XXIII). Aunque el ayuno se interrumpía los domingos, sin embargo, merced a la liturgia, guardaban su tonalidad penitencial.

Para San León es también un período de cuarenta días que finaliza el Jueves Santo por la tarde; y si, acorde con San Agustín, insiste en ponderar las ventajas del ayuno corporal, recomienda con más insistencia los demás ejercicios de mortificación y penitencia, sobre todo el arrepentimiento del pecado y la práctica más fervorosa de las buenas obras y virtudes.

NECESIDAD DE LA PENITENCIA. No obstante eso, ya que en nuestros tiempos la mortificación corporal va cayendo en desuso, no juzguemos inútil demostrar a los cristianos la importancia y utilidad del ayuno; las Sagradas Escrituras, en el Antiguo y el Nuevo Testamento abogan en favor de esta santa práctica. Podemos también afirmar que la tradición de todos los pueblos la corrobora, porque la idea de que el hombre puede apaciguar la divinidad sometiendo su cuerpo a la expiación, se adueñó del mundo, pues se halla en todas las religiones, aun las más alejadas de la pureza de las tradiciones patriarcales.

PRECEPTO DE LA ABSTINENCIA. San Basilio, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo y San Gregorio Magno han declarado que el precepto a que fueron sometidos nuestros primeros padres, en el paraíso terrenal, era precepto de abstinencia y que por haber quebrantado esta virtud se precipitaron a sí mismos y a toda su descendencia en un abismo de calamidades. La vida de privaciones a que después se vio sometido el rey de la creación, venido a menos, en la tierra que no debía producir ya para él sino zarzas y espinas, mostró bien a las claras esa ley de expiación que el Creador ha impuesto justamente a los miembros rebeldes del hombre pecador.

Hasta el diluvio conservaron nuestros abuelos su existencia con la exclusiva ayuda de los frutos de la tierra que arrancaban a fuerza de trabajo. Se dignó luego Dios permitirles que se alimentasen de la carne de animales como para suplir a la mengua de fuerzas naturales. Entonces Noé, movido por el divino instinto, sacaba el jugo de la viña y se añadía un nuevo alivio a la fuerza del hombre.

ABSTINENCIA DE CARNE Y VINO. La naturaleza del ayuno se ha asentado sobre los diversos elementos que sirven al sostén de las fuerzas humanas, y por de pronto, debió de consistir en la abstinencia de la carne de animales, porque esa ayuda, ofrecida por la condescendencia divina es menos rigurosamente necesaria para la vida. Durante muchos siglos, como lo vemos hoy día en las iglesias de Oriente, los huevos y lacticinios estuvieron prohibidos porque provienen de sustancias animales; y en el siglo XIX tampoco eran permitidos en las iglesias latinas sino en virtud de dispensa anual más o menos general.

Tal era aún el rigor de la abstinencia de carne, que no se suspendía el domingo en Cuaresma a pesar de la interrupción del ayuno, y los que habían alcanzado dispensa de los ayunos semanales quedaban sometidos a esta abstinencia, si no se sustraían a ella por otra dispensa especial.

En los primeros siglos del cristianismo, el ayuno llevaba consigo la abstinencia de vino; nos advierten de ello San Cirilo de Jerusalén, San Basilio, San Juan Crisóstomo, Teófilo de Alejandría, etc. Este rigor desapareció pronto entre los occidentales, pero se conservó por más tiempo en los orientales.

Dom Gueranger
(Tomado de su libro “Año Litúrgico”)

viernes, 19 de febrero de 2010

Editorial del Nº 85


CRISTINA EN SU LABERINTO

Tema recurrente de las letras y de la mitología, el símbolo del laberinto ha sido utilizado en diversidad de ocasiones para designar aquella geografía o aquella condición espiritual de la que ya no es posible salir. El laberinto confunde, enreda, atrapa y enloquece. Sólo los héroes como Teseo volvían ilesos de aquél, tras cumplir su cometido. Sólo los poetas sabían que su salida segura estaba hacia lo Alto, quebrando verticalmente la tortuosa horizontalidad de los recovecos infintos.

Vacía de toda heroicidad, y maldecida por un prosaísmo atroz que la insta a volar como los pollos, Cristina Kirchner está atrapada en un laberinto mortal. Quiere ser feminista, y es la fregona cansina de un marido déspota. Quiere ser culta, y no cesa de pronunciar sandeces, entremezcladas con el ridículo y últimamente con lo procaz. Quiere enrolarse en la defensa de los excluidos, y es la primera devota del culto a Mammón. Quiere posar de progresista, y el servilismo a la banca mundial le signa cada uno de sus galliformes pasos. Quiere ser recordada por su elocuencia, y un imitador verista deja al desnudo que donde ella dice oratoria no hay sino histeria e ignorancia abisal. Quiere ser la esposa de un militante épico, y se exhibe degradada con el nombre del personaje frívolo de una historieta ramplona, que bien podría llamarse —según aguda sugerencia de un amigo cordobés— Kirchner, el DeshoNéstor.

Quiere presentarse dominante y segura, pero los hechos dejan ver los hilos trágicos que mueven la marioneta a discreción. Quiere ser la responsable de un país en serio, pero la traiciona su delirio, expuesto en cada soflama gritona, en cada mueca rencorosa, en cada exabrupto hostil. Quiere ser simpática o popular, y la sobrepasa la acrimonia sumada a una vulgaridad asfixiante. Quiere ser didáctica y académica, pero sus furcios delatan su pavorosa insolvencia intelectual y lingüística. Y al fin, quiere ser joven y hermosa, pero apenas si es decorativa, acaso como una naturaleza muerta pintada por mano sulpiciana. Imposible ocultar por más tiempo que la sociedad entera da por sentado que quien la conduce delira, envuelta en un torbellino de soberbias, amenazas y venganzas sin fin.

Del mismo laberinto participan sus seguidores incondicionales, ora procedan del hurto sindical, de las bandas terroristas o del universo delictivo de los negocios turbios.

¿Qué otra cosa sino un alucinante laberinto habitan aquellos que braman contra la oligarquía blanca y se enrolan tras el proyecto de dos cazafortunas insaciables? ¿O aquellos otros que señalan las corrupciones del orbe político entero, y sus referentes se llaman Ricardo Jaime, Guillermo Moreno, Felisa Miceli, Aníbal Fernández o Julio De Vido? ¿En qué otra sentina sino en la del laberinto oficial están presas las Madres y Abuelas, que han negociado “la sangre derramada” por el suculento plato de lentejas de las indemnizaciones y subsidios kirchneristas? ¿O acaso la Revolución consistía —ahora lo sabemos— en millones de dólares para el bolsillo del amo, apareamiento de maricas, deshauciados juntando cartones en la calle, inseguridad a toda hora y en todo sitio, y la náusea contracultural enseñoreándose sobre el país entero? Laberinto de odio, de enconamiento y malquerencia: allí están definitivamente atrapados. Se ha cumplido con creces la sentencia soñada: Seremos como el Che. Por cierto que lo son. Ateos, apátridas, amorales, asesinos y angurrientos. Las cinco “a” para quienes se quejaron de la triple y escalofriante vocal.

El finado Borges —imposible no mentarlo si de laberintos hablamos— supo marcar a fuego la catástrofe de los enterrados vivos en laberintos sin esperanza. “No habrá una puerta. Estás adentro… No esperes que el rigor de tu camino, que tercamente se bifurca en otro, tendrá fin… Es de hierro tu destino como tu juez… Nada esperes. Ni siquiera en el negro crepúsculo, la fiera”.

Tal el destino ineluctable de Cristina y de su séquito de hampones. Han construido su propia cárcel de codicia, de mugre, de torpor, de vanidades. Ni el Minotauro les dará el consuelo de una embestida final y fatal. Vagarán perdidos, despreciados y odiados por los hombres genuinamente libres de esta tierra, que si no tienen pan tienen honor. Un honor que no se subasta en la timba perdularia de Balcarce 50.

Nosotros, que no tenemos poder alguno —ni el de la usura, ni el de la fuerza, ni el de los mandos políticos— tenemos algo más valioso que, a la postre, nos vuelve victoriosos aún en la derrota. Nosotros somos espiritualmente libres y no hemos traicionado la suprema coherencia. Le preguntamos al Señor de la Historia cómo salir de la noche doliente. “Y respondió: «en su noche toda mañana estriba: de todo laberinto se sale por arriba»”.

Antonio Caponnetto

jueves, 18 de febrero de 2010

In memoriam: Leopoldo Lugones


ODA A LA PATRIA

Patria, digo, y los versos de la oda
como aclamantes brazos paralelos,
te levantan Ilustre, Única y Toda
en unanimidad de almas y cielos.

Visten en pompa de cerúleos paños
su manto de Andes tus espaldas nobles,
y sobre ellas encumbran tus cien años
su fresca fuerza de leales robles.

Corcel azul de la eterna aventura,
sobre la playa que se ablanda en seno,
con su crin derramada en suave holgura
se alarga el mar como a pedirte freno.

Y la nube del cielo, y la severa
nieve del monte, y la marina espuma,
en su elemento azul te dan bandera,
con símil que la gloria al Bello suma.

Sea en tu cielo y todo lo serene,
tu Buena Voluntad estrella suave;
y el Sol la brasa de tu hogar que tiene
del lado de venir puesta la llave.

Brinda a los oprimidos tu regazo
con aquel ademán largo y seguro,
que designa en la estética del brazo
una serenidad de mármol puro.

Prolongando en justicia tu honra de antes,
cimienta así tus seculares torres,
y sea tu aderezo de diamantes
el tesoro de lágrimas que ahorres.

A hombro de monte carga el riel; su acero
audaz, evoque con alegre asombro,
la epopeya en que el sable granadero,
barra de luz viril cruzaba en tu hombro.

Abre al peñasco su opulenta entraña
donde mismo sangró el héroe recio,
para acendrar en oro de montaña
aquella sangre que no tiene precio.

Leopoldo Lugones
(fragmento - año 1910)

miércoles, 17 de febrero de 2010

In memoriam


GENERAL FACUNDO QUIROGA:
¡PRESENTE!


martes, 16 de febrero de 2010

Se viene



PORQUE ALGUIEN TIENE
QUE DECIR LA VERDAD


jueves, 11 de febrero de 2010

11 de febrero


ORACIÓN A
NUESTRA SEÑORA

DE LOURDES

Oh María, que te apareciste a Bernardita
en la cavidad de la roca;
al frío y a las sombras del invierno
tú les trajiste el calor de tu presencia
y el resplandor de tu belleza.

Infunde la esperanza, renueva la confianza
en el vacío de nuestras vidas,
tantas veces sumidas en la sombra,
y en el vacío de nuestro mundo,
en el que el Mal hace valer su fuerza.

Tú, que eres la Inmaculada Concepción,
socórrenos, pues somos pecadores.
Danos humildad para la conversión
y valor para la penitencia.
Enséñanos a rezar por todos los hombres.

Guíanos a la fuente de la verdadera vida.
Ayúdanos a caminar como peregrinos
en el seno de la Iglesia.
Estimula en nosotros el hambre de la Eucaristía,
pan del caminante, el Pan de Vida.

Oh María, el Espíritu Santo hizo en ti maravillas:
Él, con su poder, te ha colocado junto al Padre,
en la gloria de tu Hijo, el Viviente.
Vuelve tu maternal mirada
a nuestras miserias del cuerpo y del espíritu.
Que tu presencia, como luz reconfortante,
brille a nuestro lado en el trance de la muerte.

Queremos rezarte, oh María,
con sencillez de niños, como Bernardita.
Que entremos, como ella, en el espíritu
de las Bienaventuranzas;
así podremos, ya aquí abajo,
empezar a conocer las alegrías del Reino
y cantar contigo tu Magníficat.

Gloria a Ti, Virgen María,
dichosa servidora del Señor,
Madre de Dios,
morada del Espíritu Santo. Amén.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Hacia la Grande Argentina


LA HORA DEL DESTINO

El estado actual de cosas no tiene remedio en el comicio; pues corrompida ya la masa electoral por los demagogos, toda propaganda para conquistar su mayoría es una sobrepuja de ofertas, conducente a la agravación del desorden. Para salir del obrerismo gubernista, hay que caer en el socialismo, mucho peor. Así, vémoslo proponer como remedio a la carestía que las últimas medidas financieras del gobierno acentuarán, un aumento general de sueldos; es decir más dilapidación burocrática. Los grupos llamados demócratas y conservadores entran igualmente a la sobrepuja. Sus programas pueden sintetizarse en dos propósitos: más electoralismo y más comensalía parásita de la riqueza nacional. La identidad defínese mayormente en el aderezo con las consabidas trufas: odio al ejército, extranjerismo, feminismo; o sea otros tantos elementos de indisciplina y perturbación social. Es evidente, pues, que los políticos no pueden hacer otra cosa; pero no es menos indudable que ello nos condena a seguir de mal en peor. El único remedio está en acabar con la política.

Las antedichas vacaciones consistirían, pues, en suspender el funcionamiento del congreso y las legislaturas provinciales; abolir la municipalidad electiva de la Capital; sustituir a los gobernadores y legislaturas de provincia por comisionados administrativos; remover a los jueces cuya ineptitud técnica y moral declarasen, previo sumario, los altos tribunales de apelación, comisionados al efecto; reducir los empleos a lo estrictamente necesario, separando de ellos a los extranjeros, salvo cuando desempeñen funciones técnicas; transformar los altos puestos de la Nación en cargas públicas, sin más compensación que la necesaria para vivir decentemente; expulsar a los extranjeros perniciosos, aunque tengan carta de ciudadanía; confinar a los delincuentes con más de dos reincidencias.

Todo el dinero ahorrado mediante la suspensión y abolición de poderes y oficinas, aplicaríase a la instrucción pública, la salubridad, el fomento industrial y agrario, y la reducción de los impuestos al consumo y a la vivienda. Sólo la supresión del doble impuesto al consumo que las provincias han ido estableciendo desde 1912, es decir durante el período demagógico, para costear sus gobiernos inútiles, reportaría un alivio de cincuenta millones anuales a puro beneficio del comercio y del pueblo. Las obras públicas emprendidas, la colonización y el incremento fabril, ofrecerían trabajo a los empleados cesantes cuya situación iría resolviéndose con prudencia para no crear situaciones desesperadas.

Instituiríanse privilegios familiares según el número de hijos y las entradas del hogar; estableceríase como un servicio público de orden social y no de beneficencia, la asistencia materna y prenatal; y declararíase contravenciones punibles, de condena efectiva, la ociosidad y la vagancia.

Leopoldo Lugones
(Tomado de su libro “La Grande Argentina”)

martes, 9 de febrero de 2010

Actualidad


CARÓTIDA DESTITUYENTE

Como es bien sabido, El Presidenta Kirchner ha sido operado con urgencia de una severa patología en la arteria carótida derecha.

Sin problemas mayores con la izquierda, la intervención se produjo en un sanatorio privado, porque los hospitales públicos son un lujo que los mandatarios dadivosos sólo reservan al pueblo llano.

Nadie busque explicaciones corrientes a tan penoso suceso. Ni los años, ni el sedentarismo, ni el estrés alcanzan a cubrir la etiología del desarreglo vascular. Tampoco el porcino fogoso degustado en el ranchito calafateño, y que tan entusiasmada ha dejado a Madame Circe. No, repetimos; esto no es cosa de ingestas grasas, ni de nerviosismos redrádicos, ni de los trajines que la existencia conlleva. Es evidente que la conspiración, tantas veces denunciada desde atriles variopintos, ha logrado el cometido de tumbar al Néstor, el dolarnauta.

Mal hicimos en juzgar a la oposición como un hato de inútiles y de cómplices del sistema. A la vista ha quedado que se traían una placa de colesterol bajo el poncho. En apriorismo caímos cuando desechamos toda tesis conspirativa, sin advertir la isquemia fachista que todo lo ronda, desde el sillón cuasirivadaviano de Cleto hasta la mesa opípara de Chiquita Legrand. ¡Qué razón llevaba el siempre razonable D’Elía cuando nos advertía sobre las amenazas de la oligarquía glucosa y su constante fabricación de trombos ruralistas y émbolos de raza blanca! ¡Qué premonición la de Aníbal al querer llevar ante el rosado tribunal de Oyarbide una denuncia penal para que se declare delito de lesa humanidad al ACV!

El quirófano del Sanatorio Los Arcos ha salvado a la democracia. Pero quedan dos enseñanzas que la historia no debería desechar. Al menos la historia personal de los Kirchner, que arranca con el abuelito usurero o un poco más atrás.

La primera lección es que la noche del Domingo 7 –creer o reventar en las leyendas populares- no hubo trombosis más ajena a la preocupación popular que la del cerebro de Néstor. En vano la hipocresía querrá suplir con su manto de ademanes corteses un sentimiento que estuvo ausente. En vano La Cámpora ensayó un improvisado santuario en las puertas de la clínica, rejuntando a un manojo de adulones subsidiados. Los únicos realmente preocupados eran y son los muchos socios oficiales del latrocinio, los compañeros de ruta de las prebendas sucias, de los negocios infames, de los contratos privadamente suculentos. Desfilan temblorosos ante el catre del pirata mayor, suplicando al averno que una carótida rebelde no los prive de la fiesta del hampa en la que viven revolcados.

No se necesita parafrasear temerariamente al grito gorila de 1952, vivando al cáncer. Porque la sociedad -aunque descristianizada para inhibirse de aquel grito por caridad- ha aprendido que los bacilos son inocentes de su misión destructora. Culpables en cambio, son los políticos que se comportan como tumores degenerativos del cuerpo social. Hoy, el cáncer son los Kirchner. Pero, ¿pueden éstos acaso, sanos o enfermos, seguir negando esta penosa realidad de ser al presente los sujetos más unánimes del odio colectivo? Acostumbrados como están a las estafas, ¿pueden seguir adelante con el embeleco de su propia aceptación social, sin percibir que el país real los detesta hasta el límite de no poder tolerar siquiera su aparición en público? Encapsulados en su petulancia moral y en su prepotencia monetaria, ¿tendrán que verse humanamente vulnerados por una enfermedad para tomar conciencia de que han sembrado el desprecio rotundo de los argentinos honestos?

La segunda lección es más grave y nos aparta de cualquier chanza. Enviado que se le hubo al paciente un sacerdote —el Padre Juan Torrella— para administrarle la Unción de los Enfermos, el mismo fue rechazado abiertamente. Ni el cura ni la familia del enfermo callaron la evidencia.

No cabe ninguna sorpresa, por cierto. Apenas la corroboración lamentable de lo que todos sabemos: que los Kirchner son una gavilla de impíos, persecutores de la Fe Católica y del Cristo Vivo, tanto como adoradores del estiércol de Satán, según bien llamaba Papini al dinero.

Algunos dirán que es mejor así. Porque hubiera sumado confusión y sacrilegio contemplar al pobre diablo ungido benévolamente con los sacros óleos, antes que con el rigor del ritual exorcista, que mucho necesita. Personalmente hubiéramos preferido la conducta del Don Guido de Antonio Machado, trocando en las situaciones límites su amor “a las sedas y a los oros” por el sayo de nazareno. Pero no es para todos la metanoia, ni la grandeza de espíritu ante la fragilidad de la carne. Tras el inicuo rechazo al orden sagrado, portador del consuelo sobrenatural, queda a la vista que la gracia sacramental hubiera sobrevolado en vano buscando la naturaleza. Porque el animal herido no admite bendiciones, sino lamerse a solas y recelosamente la sangre.

Demos gracias de que Kirchner esté vivo. Ya tuvimos demasiado con el embalsamamiento de Alfonsín, la peña tanática de Mercedes Sosa y el desfile de nenas ante la pelvis postrimera de Sandro. El Congreso, pensado para las grandes carnestolendas y comparsas, ya no aguanta más tantas danzas de la muerte.

Demos gracias además de su pronta recuperación. Porque lo que Dios disponga para su negrísima alma en la vida eterna, a Dios compete, y a su tiempo no fallará el Altísimo. Pero lo que deseamos nosotros aquí abajo es la justicia. Y la justicia ha de ser un Kirchner preso, vilipendiado por la nación entera, purgando hasta el final de sus días, tras las rejas, todo el oprobio, toda la ruina, toda la desvergüenza que le viene causando a La Argentina.

Antonio Caponnetto

lunes, 8 de febrero de 2010

Por la España eterna


NOTA DE LA FUNDACIÓN NACIONAL FRANCISCO FRANCO ANTE LA OFENSIVA ICONOCLASTA DEL GOBIERNO SOCIALISTA

El gobierno socialista parece decidido a culminar en 2010 la estrategia iconoclasta iniciada con la denominada “Ley de Memoria Histórica” y se dispone así a arrancar de la geografía nacional placas, menciones o hitos que puedan recordar, no ya el nombre de Francisco Franco, sino de cuarenta años de la historia reciente de España y de cualquier persona, institución o entidad “contaminada” por haber prestado su colaboración o haber servido a España bajo el mandato del Generalísimo Franco. Reviste especial gravedad, por el ámbito en que se realiza y por la entidad de sus destinatarios, la reciente eliminación por orden del Ministerio de Defensa, previo minucioso y humillante inventario y ante el silencio de estupefacción de nuestros soldados, de las menciones, placas y monumentos dedicados a verdaderos héroes de la historia de nuestros Ejércitos, cuyo recuerdo y ejemplo está por encima de contingencias históricas e ideológicas.

Para tal propósito no ha dudado en utilizar cuantiosos recursos públicos en un tiempo en el que la responsabilidad de cualquier gobernante prudente aconseja atender a necesidades más apremiantes en una nación que roza ya el 20% de tasa de desempleo. Y paralelamente el gobierno de Rodríguez Zapatero está utilizando esa ley de la Memoria Histórica, que no es otra cosa que un intento de reabrir la guerra civil, invirtiendo el pasado. Y todo ello lo ha hecho con el silencio –cuando no la complacencia - del principal partido de la oposición, que no ha acertado aún a comprender la verdadera magnitud de la inicua pretensión que está detrás de esta estrategia de manipular la historia y la memoria colectiva.

Ante esta situación y desde la enorme fragilidad de quiénes ya sólo tienen la palabra pero no han claudicado ante la desmemoria y la ingratitud, la Fundación Nacional Francisco Franco quiere denunciar la enorme injusticia histórica que se está cometiendo y recordar al pueblo español que la ingente y fecunda obra del régimen nacido el 18 de julio de 1936, también sin placas, menciones ni monumentos va a permanecer en la memoria colectiva de los españoles. La furia iconoclasta del gobierno no podrá borrar jamás las conquistas sociales de los trabajadores, la Seguridad Social y su red hospitalaria, las infraestructura hidráulicas, viarias y ferroviarias y tampoco el legado de varias generaciones de españoles que bajo el mandato de Francisco Franco, empeñaron su esfuerzo, su ilusión y su trabajo en convertir una España atrasada, con altos índices de analfabetismo y con graves desigualdades sociales en una Nación moderna y culturalmente avanzada que llegaría a convertirse a finales de los años 60 del siglo XX en la octava potencia industrial del mundo con el menor índice de presión fiscal y una situación de pleno empleo que garantizaría el éxito de la Transición. Un tiempo para la historia grande de España.

Nota: Puede verse el original en este enlace:

sábado, 6 de febrero de 2010

Haciendo más memoria


COROLARIO DE LA NOTA
DE CASIMIRO CONASCO

ABUSADORES SEXUALES JUDÍOS

El Arzobispo de Nueva York, Monseñor Timothy Dolan, publicó en su blog la carta que dirigió sin éxito al diario New York Times (NYT), en la que denuncia que el anticatolicismo se ha convertido en un pasatiempo nacional para Estados Unidos y detalla varios episodios en los que el popular diario participó de esta tendencia. “No es nada exagerado expresar que el prejuicio contra la Iglesia Católica es un pasatiempo nacional”, sostiene Monseñor Dolan en la carta vetada y recuerda que personajes como Arthur Schlesinger Sr. Se han referido a este hecho como “la mayor discriminación del pueblo estadounidense”.

El Arzobispo cuestionó la cobertura que el NYT dio a mediados de octubre a una noticia sobre cuarenta casos de abuso infantil perpetrados en la Comunidad Judía Ortodoxa de Brooklyn en solo un año. En este caso, explicó Monseñor Dolan, el NYT “no reclamó lo que exigió insistentemente cuando se trataba del mismo tipo de abusos por parte de una minoría de sacerdotes: la publicación de los nombres de los abusadores, la no prescripción de los delitos, investigaciones externas, publicación de todos los detalles y total transparencia. En lugar de eso, un abogado ruega a los oficiales de oficio que presten atención a las «sensibilidades religiosas»”.

“Dada la propia horrible experiencia reciente de la Iglesia Católica, no me encuentro en condiciones de criticar a nuestros vecinos Judíos Ortodoxos; tampoco tengo el deseo de hacerlo. Pero puedo criticar este sistema de «escándalo selectivo»”, agregó.

Asimismo, lamentó que el diario haya omitido cubrir en los años 2004 y 2007, estudios que mostraban la magnitud de los casos de abuso sexual de menores en las escuelas públicas debido a que periódicos como el New York Times “parecen tener sólo sacerdotes en la mira”.

Cfr. ACIPRENSA,
http://www.aciprensa.com/ noticia.php?n=27445


UN RABINO ISRAELÍ PUBLICA
UNA OBRA CON LICENCIA
PARA MATAR A LOS “NO JUDÍOS”


“Hemos encontrado que los «no judíos» son generalmente sospechosos del derramamiento de sangre judía. Uno debe considerar matar incluso a (sus) bebés, debido al peligro que ocasionarán si se les permite crecer para ser tan malvados como sus padres”.

La sentencia forma parte de “La Torah del Rey”, un libro que era lanzado ayer en Israel en medio de la polémica de quienes lo consideran ya una macabra guía sobre las presuntas licencias que la Biblia y la ley religiosa otorgan para matar a “goym”, la voz que en hebreo designa a los “no judíos”.

El diario “Maariv” de Tel Aviv, que el lunes adelantaba extractos de la obra en exclusiva, era tajante: “Este es el material desde el que se crea el terrorismo judío”, señalaba el periódico, apenas diez días después de que se conociera la detención en Jerusalén de Yaakov Teitel, un judío de origen norteamericano acusado de haber asesinado y atentado contra palestinos y homosexuales a lo largo de doce años.

La escuela talmúdica

Escrito por el rabino Yitzhak Shapiro —jefe de la escuela talmúdica Od Yosef Chai (“José todavía vive”), ubicada en una colonia cercana a Nablús—, el texto ha empezado a ser distribuido a través de internet y recomendado en centros de estudios religiosos.

En sus páginas, nunca aparecen las palabras “árabes” o “palestinos” y al comienzo de la obra se declara de forma solemne la prohibición de matar “no judíos” para así evitar hostilidades o profanar el nombre de Dios. Pero a partir de ahí, el libro deviene en un completo manual de dispensas, según las cuales cabe quitar la vida a un gentil por el mero hecho de que no cumple con los siete preceptos de la Noahide —que condena la idolatría o las “relaciones sexuales ilícitas”—, y que es exigible a todo ser humano.

Shapiro también defiende matar a “no judíos que reclaman la tierra para ellos”, a los que “con su discurso, debilitan nuestra soberanía” y a los que considera “perseguidores”, como los “civiles que ayudan a los combatientes” y a los niños.

Cfr. ABC.es, 11/11/2009,
http://www.abc.es/20091110/internacional-oriente-medio/rabino-israeli-publica-obra-20091110.html

viernes, 5 de febrero de 2010

Haciendo memoria


LA OFENSIVA DE LAS “VÍCTIMAS”

FARISEÍSMO

En el apogeo del libre pensamiento y su expresión irrestricta, acaban de condenarlo en Alemania a Monseñor Williamson por haber manifestado hace tiempo en Suecia, durante una entrevista televisiva, alguna duda sobre el denominado Holocausto. A pesar de que importantes observadores judíos han señalado la impropiedad del término. Por ejemplo Mario Eduardo Cohen, presidente del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí expresaba en “La Nación” del 24 de marzo de 2000, que “Holocausto” es una palabra incorrecta, puesto que “designa un sacrificio de naturaleza religiosa”.

La hesitación causada ante la puesta en duda del número de víctimas decretado oficialmente (seis millones) y sobre el instrumento establecido (cámaras de gas) para eliminarlas, resultó en su momento un verdadero montaje. A pesar de que fueron, en todo caso, las del prelado, expresiones formuladas circunstancialmente, sobre un tema de carácter histórico, por cierto opinable. Pero curiosamente, ellas conmovieron al unísono a todo el orbe; como si se hubiera perpetrado una blasfemia espeluznante contra un dogma religioso insoslayable, superior a toda la Revelación. Por donde se lo viera podía advertirse el escándalo artificial, maliciosamente inventado; y basta releer las expresiones palabra por palabra para rechazar la grotesca impostura. Más sorprendente todavía por los acompañamientos sumisos, que por la tramoya en sí.

En fin, puro fariseísmo de la más acendrada estirpe, que para colmo ha dado pie a que la televisión israelí aprovechara para esparcir —como formal réplica— inicuas imágenes y expresiones sacrílegas contra el Hijo de Dios y su Santísima Madre. Una infamia que no produjo ni sombra de reacción acorde con la magnitud de la ofensa a lo Sagrado. En rigor, no hubo respuesta concreta a la mentira y el odio a Cristo, vilmente injuriado junto a su Santísima Madre. Como si estuvieran sellados los labios, al margen de las prevenciones evangélicas y de la marcada identificación apostólica: “¿Quién es el mentiroso sino quien niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo que niega al Padre y al Hijo” (I Jn., 2, 22).


A LA INVERSA

En los últimos tiempos, por diversos lugares han ocurrido gravísimos ataques contra la Fe. Como los insultos irreproducibles al Altísimo en carteles exhibidos por dos ciudades españolas y la decapitación de la efigie del Sagrado Corazón, también en España. La explícita negación de las raíces cristianas en la Unión Europea. El sitio y ataque armado a la basílica de Belén, hiriendo a la imagen de la Santísima Virgen.

Aquí, en la Argentina, reiteradas exposiciones sacrílegas por las ciudades de Buenos Aires y Córdoba; eliminación de la enseñanza religiosa en Catamarca a instancias de la DAIA; supresión de la Cruz en la bandera de Tucumán, objetada también por la DAIA y por el embajador de Israel (acusando “reminiscencias de la Inquisición”).

Cabría agregar, ya en otros países y sin agotar la lista, la severa prohibición al Arzobispo de Viena, Cardenal Schönborn con su comitiva de Prelados, de acercarse al Muro de los Lamentos: por llevar el pectoral con la cruz. De igual modo anteriormente, en vísperas de la visita de Juan Pablo II, el gran Rabino Meir Lau expresó su explícito rechazo a la Cruz de Cristo.

Corresponde subrayar que ninguno de los insultos recordados a título enunciativo, ocasionó condignas reacciones. Ni en el ámbito religioso, ni en el político.


RABIA SATÁNICA

En estos días un odio diabólico a la Santísima Virgen María acaba de materializarse en España —hoy apóstata— que ostenta su rebelión contra Dios en todos los órdenes, incluido el natural. Con aberraciones como la degeneración sexual legalizada, enaltecida y fomentada. Un diario local (“Clarín”, 21 de octubre de 2009) —solazándose con “equidistancia”— refiere la aparición de un almanaque que contiene palabras e imágenes sacrílegas jamás vistas, proferidas por los degradados contra natura, con un odio siniestro ciertamente ulterior a la naturaleza.

“Lo profano y lo sagrado, lo estético y lo irreverente —dice liviano el matutino— han sido mezclados en un calendario que lleva el adjetivo remarcado de laico. Una idea del Colectivo de lesbianas, gays, transexuales, y bisexuales de Madrid (Cogam) ya está a la venta en España sirviendo una polémica que crece”.

Y sigue anotando: “El objetivo es resaltar la presencia de un «auténtico Estado laico» en el que todas las festividades están relacionadas con santos y vírgenes católicas”…

“En España hay ateos, judíos, testigos de Jehová, musulmanes, ¿por qué no celebrar festividades laicas como el día internacional de la mujer o de la democracia?”, explica su vocero Raúl García… “Para Cogam un Estado laico sería aquel en el que se respetaran las creencias, que no se impusieran religiones y que no tuvieran que celebrarse festivos por obligación. ¿Por qué celebrar (la fiesta de) La Inmaculada y no el Yom Kippur (festividad hebrea)?”, se pregunta García.


TRISTEZA LOCAL

En nuestro país sometido a la disolución marxista de las costumbres, se está debatiendo ahora la modificación del Código Civil; para elevar a la condición de matrimonio las uniones homosexuales.

Al mismo tiempo, también están a punto de modificar la Ley Antidiscriminatoria, para agregarle una figura penal que pueda criminalizar todo comentario opuesto a aquellas aberraciones. En otras palabras, la persecución religiosa sigue reforzando la mordaza.

En medio de tanta iniquidad, se ahonda la desazón por el silencio general, acaso quebrado, invocando el diálogo, para lamentar la “inequidad” económica en reclamo de la “inclusión” social…


LA GESTA FANTASMAL

Podría configurar la reiteración de antiguas hazañas de aquel mítico personaje empeñado en aniquilar los vestigios de la vida colonial americana. Incluso forjando la existencia ideal de sucesivas maldades católicas, que el viejo protagonista combate, si no en persona, por la misteriosa materialización de su espíritu.

Su objetivo de siempre es judaizar al modo de los antepasados, cuando empezaba la Iglesia. Ahora, lavando las mentes con todos los medios de difusión a su servicio; conforme a las enseñanzas del Talmud y los Protocolos de los Sabios de Sión. Para suscitar gestos sensacionales, como aquel del año 2007, en la Sinagoga Bnei Tikvá Slijot, cuando al participar del Año Nuevo Judío, el Cardenal manifestó que “tomamos nuevamente conciencia de ser pueblo en camino”… “También yo lo hago, como caminante, junto a Ustedes mis hermanos mayores”.

Más el espectacular vuelco al judaísmo de Carlos Escudé, —ahora Najmán ben Abraham Avinú— frecuente pluma periodística.

Sumándose la primicia anunciada por AICA (3 de noviembre de 2009) sobre la celebración de la “Noche de los Cristales Rotos” en la iglesia de Santa Catalina, participando el Arzobispado de Buenos Aires y la B’nai B’rith. Con la sensacional intervención de la suprema masonería judía, en el mismo histórico templo que antaño fuera testigo del triunfal rechazo de las invasiones inglesas y sus lazos masónicos.

Con tenaz empeño no olvidará el intento de limpiar la Argentina de todos sus símbolos católicos. Así, después de suprimir mediante la DAIA la enseñanza religiosa en Catamarca —y antes de borrar tanta toponimia recargada de fetichismo— ha eliminado la bandera de Tucumán que ostentaba la cruz de Cristo.

Todo ello, sin descuidar la constante incriminación de Antisemitismo; con abundantes quejas y atentados ad hoc. Para lo cual se crearon los holocaustos locales de la “Embajada de Israel” y la “AMIA”; con sus respectivos “coches-bomba” incorpóreos.

Casimiro Conasco