jueves, 24 de septiembre de 2009

El caso del Dr. Alfredo Solari


“CABILDO”:
PIEDRA DE ESCÁNDALO


En la primera semana de julio, se supo que el Dr. Alfredo Solari, Profesor en la Facultad de Derecho de la UBA de Garantías Constitucionales, había sido denunciado ante el Decano de dicha casa de estudios, Atilio Alterini, por su posición favorable al desempeño de las Fuerzas Armadas contra el terrorismo, por su carácter de abogado defensor de Ricardo Miguel Cavallo y, en general, por su actitud fundadamente crítica de la llamada política de derechos humanos implementada por el gobierno kirchnerista, a la que el catedrático juzga crasamente violatoria de la verdad histórica y del derecho positivo vigente.

La denuncia contra el destacado docente —de aquilatada trayectoria— fue presentada por un vulgar agitador estudiantil, un tal Gianella; amplificada súbitamente por el amarillismo oficialista de “Página/ 12”, y convertida en pedido de juicio académico por el precitado Alterini, en nota elevada al Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires.

Hasta aquí, no pasaría la noticia de una prueba más de la maldad insolente —para decirlo discepolianamente— si no se agregara el para nosotros significativo dato de que entre las “acusaciones” capitales contra el Dr. Solari aparece su condiciòn de colaborador de “Cabildo”. Así lo estampa explícitamente Gustavo Veiga, el 6 de julio pasado, en su regüeldo biliar volcado sobre “Página/12”; y así lo repiten unos cartelones tan mendaces cuanto sucios, colocados en la misma sede universitaria por NBINVESTIGA.

Al menos tres aclaraciones se imponen. La una es para decir que el Dr. Alfredo Solari no es ni colaborador ni columnista de “Cabildo”, ni hombre de pensamiento católico nacionalista; y que tal como se lo he escrito a él mismo el pasado 7 de julio, “jamás nos hemos conocido personalmente, ni hemos sido presentados ni participado en ninguna común acción. Con algunos probables puntos coincidentes, la verdad es que nuestras perspectivas politico-filosóficas difieren. Ahora bien; ¿de dónde puede brotar este equívoco, amén de la malicia de quienes lo traman? Repasando la colección de “Cabildo”, me encuentro con el nº 70, de diciembre de 2007. Allí, en la página 26, aparece una nota de mi autoría sobre «La detención del Comisario Luis Patti», en la cual, in fine, sostengo: «transcribimos a continuación una nota que hizo circular al respecto el Dr. Alfredo Solari»; y a renglón seguido copio —tomándolo de uno de los tantísimos sitios de internet por los que circuló— el fragmento de un artículo de su autoría. Va de suyo, para quien quiera entender rectamente, que esta aparición en “Cabildo”, como la de tantos otros autores citados o transcriptos en diferentes números, no lo convierte a Usted en colaborador de la revista que dirijo”.

La caballeresca respuesta del Dr. Solari tal vez haga posible, paradójicamente, que alguna vez podamos conocernos y concurrir —a pesar de nuestras diferentes cosmovisiones y criterios— en colaboraciones recíprocas a favor del bien común. Dejo asentada esta gratitud a los imbéciles persecutores.

Tenemos por segunda aclaración la siguiente. Que escribir en “Cabildo” se haya convertido en piedra de escándalo y signo de contradicción; que signifique la señal de obligada contrariedad para todo el abanico de los depravados; que a su sola mención se retuerzan de odio los enemigos de Dios y la Patria, y que esto venga sucediendo con relativa frecuencia en los úlimos años —junto con amenazas y marginaciones— es un orgullo legítimo del que queremos dejar expresa constancia con austera firmeza. Solos, sin medios, ni poderes, ni finanzas ni recursos materiales de ninguna índole. Solos y despreciando sistemáticamente cualquier inserción regiminosa o convalidación del sistema, quienes formamos “Cabildo” hemos sido colocados, junto a los buenos patriotas, en la primera línea de fuego. Dejo asentada esta segunda gratitud a los persecutores.

La tercera aclaración, sin duda la más importante, pues es la que ocupa la centralidad de esta nota, la hará el mismo Dr. Solari. Transcribimos a continuación un fragmento de lo que él mismo tituló acertadamente:

RESPUESTA A UNA
PERSECUCIÓN FACCIOSA


Confesado el “crimen” que se me imputa (que no es nuevo, y que los servicios de inteligencia conocen —aunque más no sea por las intervenciones clandestinas de mis líneas telefónicas—), véase ahora el verdadero significado del ataque.

No es al abogado al que se ataca, sino al defensor de militares que ejerce esta noble profesión, militares que en el deleznable concepto de los agresores, no deberían tener defensores públicos. No es al defensor al que en última instancia se ataca, sino a sus defendidos, desconociéndoseles la inviolabilidad de la garantía de defensa en juicio que aquel infatigablemente sostiene.

Tampoco es al profesor al que se embiste, que en el caso es algo contingente y anecdótico. Lo que verdaderamente se ataca, lo que se quiere suprimir, es la libertad de pensamiento, de expresión, y de cátedra. Lo que se quiere imponer es el pensamiento único, hegemónico, y totalitario. Lo que se termina haciendo es creando el delito de opinión [...]

El ataque al defensor para producir su silencio en el aula universitaria, por ende, significa, en lo inmediato, callar una campana de resonancia pública que advierte sobre la persecución política a las FFA y a las FFSS; y en lo mediato, afectar la inviolabilidad de la garantía de la defensa de los perseguidos.

No es al profesor al que se ataca, sino al defensor que denuncia públicamente en un ámbito de verdad, reflexión y crítica como el universitario. Y la mejor prueba de que la maniobra de silenciamiento funciona, es el lamentable callar de mis colegas docentes —salvo alguna que otra honrosa excepción, cuyos nombres reservo para no involucrarlos—, incluso (y para peor) los constitucionalistas.

Sin embargo, como señalara Pierre Nora (“La Nación”, 15-3-2006 - http://www.lanacion.com. ar/nota.asp?nota_id=788817): “Si cada hecho histórico se vuelve intocable tras haber sido declarado por ley genocidio o crimen contra la humanidad, se está condenando a muerte la investigación histórica y, por ende, cristalizando la historia de una nación”.

Con todo y ser ello grave, más aún lo es el ataque a la libertad de pensamiento, y sus corolarios, las libertades de su difusión, de expresión, y de cátedra.

Tales libertades se hallan expresamente consagradas, no sólo en nuestra constitución (desde 1852 en el art. 14, y desde 1860 en el art. 32), sino en las declaraciones de derechos (DADDH art. IV, DUDU art.19), y los tratados de jerarquía constitucional (PSJCR art.13, PIDCyP art.19). Esta última norma es de la mayor trascendencia para advertir sin lugar a dudas que el juicio académico al que se me pretende someter, es una persecución política, ya que la misma dispone: “1) NADIE PODRÁ SER MOLESTADO A CAUSA DE SUS OPINIONES”. “2) Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”. [...]

Hoy se ataca al defensor y al docente, pero si la prensa guarda silencio, mañana se atacará a la prensa. La república socialista marxista de Chávez es la mejor demostración del riesgo que corren las libertades cuando se callan ó se ocultan —por miedo o conveniencia, y se es cómplice por omisión—, los ataques de facciones fanáticas enemigas de la libertad, de la tolerancia, de la disidencia, de las minorías, y del estado de derecho. Cuba es el espejo, Venezuela la prognosis.

Podrán continuar atacándome, podrán intentar exonerarme de la cátedra, podrán tirarme otro petardo para intentar amedrentarme —como ya lo hicieron hace un año al salir de los tribunales federales de Av. Comodoro Py—, pero esos actos cobardes no me harán cambiar ni de opinión ni de conducta.

A mis defendidos les digo: continuaré como hasta ahora bregando para que se restablezcan las garantías del estado de derecho, y cese la inconstitucional persecución política disfrazada de actos judiciales válidos con la que se lleva adelante el intento de aniquilación de las Fuerzas Armadas.

A los que no comparten mis ideas, pero no incurren en innobles vilipendios, mis respetos.

A los que comparten mis ideas, pero callan por miedo consintiendo por omisión, que mañana recuperen el coraje y la voluntad de no silenciar la verdad.

A mis alumnos les digo —con José Manuel Estrada—: “Porque os debo la lección del ejemplo, que gana a todas en elocuencia, prefiero que dejéis de ser discípulos de un hombre a que sigáis siendo discípulos de un cobarde”.

Dr. Alfredo Solari

4 comentarios:

Juanjo dijo...

Les agradezco por publicar ésta noticia, es bueno para que la gente vea la clase de justicia (si así se le puede llamar) que hay en nuestro país.

Me tomo el atrevimiento de poner un link donde está el texto completo del Dr. Alfredo Solari, para quien esté interesado en leerlo:

http://lavoznacionalista.blogia.com/2009/071406-persecusion-politica-en-la-uba.php

Saludos a todos los que escriben para el blog y una pregunta final sobre algo que escuché en una conferencia y no me quedó muy claro: lo que escuché es que era un error de los católicos intelectuales de nuestro país denominar de católico al nacionalismo, llamándole nacionalismo católico, anteponiendo el nacionalismo al catolicismo, como que se sobreentendía que un católico debía ser nacionalista. Si tienen algún artículo esclarecedor, serían tan amables de publicarlo?

Muchas gracias por el gran aporte que hacen a la formación de todos los jóvenes.

Que Dios y la Virgen los bendiga.

PD: ¡¡¡Felíz Cumpleaños Antonio Caponnetto!!!

Anónimo dijo...

EStoy cursando con Solari, es el mejor profesor que tuve haste el día de hoy.

Sin ir más lejos hoy lo molesté después de clase (un tema sobre una Acordada de la Corte del año ´30) con un comentario y como aquellos profesores que son profesores las 24 hrs, se tomó su tiempo para contestarme y explicarme.

Gracias DR!!!
Excelente su respuesta.
Lo apoyo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Parece que en la Universidad publica de hoy, como en muchos otros ambitos, no se soporta el discenso y si no se tiene el mismo pensamiento que los oficialistas sos un "facho" un "nazi" , es tan bajo querer callar a este GRAN profesor y sacralo de las aulas en razon de su trabajo como abogado defensor. Me parece una verguenza si esto llega a suceder y lo digo como alumna de la facultad de derecho de la UBA .
Si yo mando carta a Alterini por cada profesor que defiende el actuar subversivo de aquellos tiempos no termino mas. Dejense de joder, vivimos pensando en el pasado y llenos de rencor. Dejense de joder NBI/IURE dan verguenza!! por eso nunca nos van a representar en el centro, dan asco siempre el mismo discurso lleno de rencor. Apoyo la diversidad de ideas en la universidad publica!y sobretodo REPUDIO la persecusion politica e ideologica

Anónimo dijo...

Repudio la persecucion poloitica e ideologica y apoyo la diversidad de ideas en la Universidad de Buenos Aires. Seria una verguenza que saquen de las aulas a este gran profesor en razon de su trabajo fuera de la UBA. Me daria verguenza como estudiante que asi sea. Iure / NBI siempre lo mismo, siempre llenos de rencor y hablando del pasado. Dejemonos de joder y respetemos el discenso.