martes, 21 de abril de 2009

Buenas noticias


VAMOS LOS PIBES

En “La Nación” del 9 de diciembre de 2008, se anoticiaba que, según una encuesta oficial del Ministerio de Educación, titulada “La cultura democrática de los adolescentes”, “no cree en la democracia el 65% de los alumnos secundarios”. Para mayor precisión, la fuente aclaraba que los encuestados “nacieron después de 1993 y consideran que no es la mejor forma de gobierno para la Argentina”.


INSTRUCCIONES

En “La Nación” del 31 de enero, página 6, el Profesor de Cachiporra Luisito D’Elía, llamaba lamebotas y lamemedias al chico Massa, por haber retado públicamente a la Libertino, con ocasión de que ésta declarara que, en la invasión a Gaza, el Estado de Israel “violó derechos internacionales”.
A pesar del rapto de pudibundez de nuestro Morocho K, que le impidió graficar con mayor soltura qué otras cosas lame el Jefe de Gabinete, algo más arriba que las medias y las botas, lo interesante de sus declaraciones está contenido en el siguiente párrafo: “¿Por qué se mete [Massa] en este tema, si los Kirchner no le dieron ninguna instrucción”.
De acuerdo con el metalenguaje, por cuya captatio brega tantas veces el piquetero con patente de korso, lo más importante aquí no es el desaire en el que han quedado, simultáneamente, la Defensora Oficial de Putos y Ausentes y el pobre Massita, autodefinido el día de la asunción a su flamante cargo como “una rueda de auxilio de Cristina”, sino el reconocimiento expreso de D’Elía de que sin las instrucciones de los amos nada se puede pensar, hacer o decir.
Ahora bien, esto incluye a las declaraciones presuntamente antisemitas del mismo mulato pícnico. Pero ¿quién puede creer que los instructores Kirchner le darán alguna instrucción a su lacayo de color, que perjudique los intereses judíos a los que vilmente sirven, acatan y se doblegan? Ergo, es fácil colegir que tras las antisemitadas del piquetero los únicos beneficiados son los mismos judíos, que alimentan así el mito basal de sus grandes negociados de los últimos setenta años: el de hacerse pasar por víctimas.
Como en el tanguito de Saborido y Villoldo, “La morocha”, el patotero rentado acaba de darnos el parte de su misión: “Soy… la que conserva el cariño para su dueño”.

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