jueves, 1 de mayo de 2008

Feliz día


NUESTRO PRIMERO
DE MAYO


En 1955 la Iglesia propuso, oficialmente, la figura de San José como modelo de los trabajadores. Introdujo, así, una perspectiva religiosa en una jornada que la Esposa quiso iluminar con la ejemplaridad del Artesano de Nazareth, a quien fue confiado el mismísimo Hijo de Dios.

El Evangelio define muchas veces a San José como varón justo. La Tradición de la Iglesia lo califica como Nutritor Domini (la frase italiana “padre putativo” es de tipo jurídico, el título latino indica más bien los deberes de seguridad, educación humana y tutela ejercidos por quien siguió de cerca el crecimiento de Jesús).

Para encontrar las primeras alusiones a un culto público oficial difundido debemos llegar al siglo XI. La fecha del 19 de marzo, como memoria litúrgica de San José, es señalada por primera vez en un martirologio del siglo VIII, originario, probablemente de Francia septentrional o de Bélgica. El motivo de la opción de esta fecha es desconocido. Cierto estudioso la remonta a una fiesta que se celebraba en Roma en honor de Minerva y que era señalada, justamente, el mismo 19 de marzo. Tal solemnidad, en Roma, era la fiesta de todos los artesanos, una especie de gran fiesta trabajadora, casi una anticipación de nuestro primero de mayo.

Desde la antigüedad, por lo tanto, la Iglesia había asociado la figura de San José al trabajo. Desde la segunda mitad del siglo XV la figura del gran Santo fue adquiriendo cada vez mayor relieve, como da testimonio el continuo grado de crecimiento de la memoria litúrgica. Mas para una conexión explícita con el mundo del trabajo debemos esperar hasta 1937, cuando el Papa Pío XI en su encíclica “Divini Redemptoris” presentó a San José como modelo y patrono de los obreros.

La palabra de Pío XII

El 1 de mayo de 1955 el Papa Pío XII se dirigió a las Acli (Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos) en el décimo aniversario de su fundación. La acción del Papa demostraba una precisa opción pastoral para la reordenación del mundo católico en un decenio de veloces cambios: la creciente urbanización, la afirmación de la industria y la pérdida del peso del artesanado y la agricultura, la difusión de costumbres y modelos de vida extraños a la cultura católica italiana, y los presagios de una mejoría económica que habría tocado el culmen en los sucesivos años sesenta.

“L’Osservatore Romano” daba así la noticia: “La presencia de Cristo y de la Iglesia en el mundo obrero. El 1 de mayo, solemnidad cristiana”. Las fotos de la época mostraban un panorama extraordinario: la Plaza San Pedro estaba llena, y la multitud llenaba también la plaza Pío IX, y se desbordaba a lo largo de la Vía de la Conciliación.

Modelo de los trabajadores, ruega por nosotros.

Ejemplo de amor al hogar, ruega por nosotros
.

Amparo de las familias, ruega por nosotros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El 1º de mayo de 1923 se crea la Sección Buenos Aires del Partido Nacional Fascista Italiano, cuyo delegado para América del Sur era Octavio Dinale. El directorio estaba constituido por Eugenio Vercellino (presidente), Pío Castellani (secretario), Camilo Menni (vicesecretario) y Saúl D. Viano (tesorero). Formaron parte de la Sección Buenos Aires del PNFI, entre otros, Luis Lenzi, Felipe Gottheil de Luca, Alejandro Ferro, Cayetano Perrone y Camilo Ferraro –figuras prominentes de la colectividad ítalo argentina.

El 1º de mayo de 1938 la Alianza de la Juventud Nacionalista convoca a un Día del Trabajo Argentino. Para prevenir los ataques de comunistas, socialistas y anarquistas, la Policía Federal obliga a los aliancistas a desfilar por la Avenida Santa Fe (y no por Av. de Mayo como era la intención original).

El 1º de mayo de 1940 tiene lugar un acto multitudinario por el Día del Trabajo Argentino, donde además de la Alianza de la Juventud, participan otros grupos nacionalistas menores y los sindicatos nacionalistas.

El 1º de mayo de 1943 unos cien mil aliancistas desfilan por Av. Santa Fe desde Coronel Díaz hasta Plaza San Martín.